X

Angelina Jolie: “Mi hija pide vivir con su madre biológica”

Hoy, leí la siguiente información: “Según aseguró la revista “The National Enquirer”, uno de los tres hijos adoptados de Angelina Jolie, la pequeña Zahara, estaría pidiendo volver a vivir con su madre biológica en Etiopía, su país de origen. “Quiero vivir con mi verdadera madre”, le habría dicho la niña de 10 años a la actriz según la publicación norteamericana.

Y bueno, lo que me impactó de la noticia, no es lo que sucede en sí, porque es totalmente legítimo, creo yo que la pequeña tenga dudas de su orígen, además yo no estoy en la casa de los Pitt Jolie, como para saber que le sucede a la pequeña ¿no?. Lo que me impactó fueron los comentarios de los adultos. Lo que escriben en los foros de opiniones, exclamando no una, sino varias frases como: “Que niña más mal agradecida! Ojalá que la envíen de nuevo para que se de cuenta del error que comete!” Uy que pena leer eso. Me hace reflexionar, en lo fácil que hacemos juicio de lo que no vemos, de realidades en las que no estamos y de la poca habilidad para ponernos en el lugar de una pequeña de tan sólo 10 años que simplemente debe estar llena de dudas.

El Apego Seguro, nos abre una posibilidad de brindar beneficios sociales y emocionales a nuestros pequeños. Este tipo de Apego, ofrece la opción de que a los niños les vaya mejor en sus liceos o colegios y que incuso se enfermen menos. Esta posibilidad está en nuestras manos, como adultos que guiamos y que enseñamos a través de nuestras conductas como modelos, ¿pero qué hacemos al respecto?

Uno de los pasos a seguir para entregar este tipo de apego, el que básicamente trata de mantenerse como padres disponibles y atentos a las necesidades de nuestros niños es el de mentalizar, es decir, de tener la capacidad para entender el comportamiento propio y el de “un otro” en términos de estados mentales intencionales (deseos, creencias, emociones, etc.) Cuando ponemos en funcionamiento adecuado esta capacidad, nosotros podemos obtener relaciones interpersonales satisfactorias.

Uy! suena fácil, pero ¿cómo es que lo hacemos? Si cuando leemos un artículo de una pequeña que está a kilómetros de nosotros, no somos capaces de mentalizar ni empatizar con lo que le pudiera estar sucediendo?

Bueno, vámonos a ejemplos más cotidianos, el otro día, estaba sentada esperando a una reunión. De pronto, divisé a un pequeño llamando a un adulto, le indicaba con sus deditos un cartel que estaba adherido a unas escaleras, el adulto lo miró y le dijo: “Tú sabes que no puedes subir! Te dije que no!”. El pequeño lo miró y empezó a mirar las escaleras que ahora sí llamaron su atención y como era de esperar, trató de abrir la reja para subir esa escalera prohibida. Minutos después, quedó solo, se acercó a otro adulto a quien le dio la mano y le mostró el cartel. Lo único que quería era que le leyeran y dijeran qué señalaba el cartel que estaba pegado en aquella reja de la famosa escala. Nada más. Después, los demás adultos decían: “¡Mirénlo, cómo quería subir!”.

Ejemplos en lo cotidiano hay muchos, porque a los adultos nos cuesta mucho mentalizar, tiene que ver con estar conscientes con lo que nos pasa, qué sentimos y qué estamos pensando y qué puede estar sintiendo, creyendo y pensando el otro, pero a partir de SUS necesidades, no de las mías.

Comencemos a observar más, a estar más tiempo con nuestros pequeños, a disfrutar de sus juegos, de sus interacciones, de sus formas de mirar el mundo. Empecemos a reflexionar y a sentir, cuando mi pequeño llora desesperado y hace pataletas ¿me estará manipulando? O será su forma de expresar que durante todo el día jugó feliz con su primito y ahora simplemente no quiere irse. El adulto tiende a decir “pero cómo hace tanta alharaca por eso, si es un juego no más”. Claro, efectivamente, es un juego, pero son edades diferentes, se siente y se vive distinto. Aprendamos a ver a través de los ojos de nuestros pequeños que día a día nos entregan simplezas, espontaneidad, risas y una de las cosas más bellas: Nos enseñan a contemplar. Porque oír en audífonos para mí es algo absolutamente normal, y que he realizado ya, desde hace muchos años, pero no así para Vicente de 3 años, que la semana pasada tomó por primera vez unos audífonos y logró sentir la magia de la música en sus oídos quedándose perplejo, maravillado y asombrado de este nuevo descubrimiento.

El siguiente paso para lograr ese Apego Seguro entonces, se hará más fácil, porque si logro mentalizar, podré regular el estrés de mi niño/a consiguiendo recuperar la calma cuando algo les afecta, ya que los estaremos entendiendo. La situación es así: Si yo soy niña, y estoy llorando porque algo me frustra mucho pero no sé cómo expresarlo ni qué hacer con eso y me dicen “ya no llores o cálmate”, detengámonos unos segundos. A alguno de nosotros cuando estamos con angustia o pena, esas frases ¿nos consuelan? ¿nos sirven?. Sin embargo, que reconfortante se siente cuando alguien a uno lo contiene y le expresa, que entiende la pena que uno presenta (mentalizar) porque entiende que lo que sucedió puede ser causal de una sensación de frustración para él o ella (aunque quizás no para mi).

Regulemos el estrés, dando opciones de acción, mostremos qué es lo que podemos hacer para la próxima ocasión en que un evento similar suceda. Si ud. como adulto estresado muchas veces no sabe qué hacer, imagínese un niño/a que no tiene conocimiento de qué le ocurre ni de cómo expresarlo. Ofrezcámosles opciones y dialoguemos.

 

Isabel López Turner

Psicóloga

Consulta: Colo Colo 379 Of. 2007 Concepción
Fono: 041 2252481
isabellopezturner@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

Leave a Reply

Artículos relacionados