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Diario de los primeros pasos – Bebé de 1 mes

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Diario de los primeros pasos – Bebé de 1 mes

Bebé de 1 mes

Mi hija es un bebé de 1 mes y medio, y recién puedo sentarme a escribir lo que fue el primer mes.

Ha pasado sólo un mes pero siento que han sido todos, desde el parto hasta hoy día han sido más de 30 días, estoy segura que muchos más porque han sido mucha las emociones también y los momentos nuevos. ¿Te pasa que cuando sales de viaje fuera de tu país sientes que una semana es un mes? eso es! Simplemente, porque todo lo nuevo que tu cerebro percibe, te hace sentir que es más tiempo.

El tiempo es relativo entonces, podemos hacer parecer un año en una semana si nos detenemos a lo novedoso. Pero vuelvo a la maternidad: así voy, ondeando cual ola entre días y no días (porque prefiero no llamarles noches, después te diré por qué). Finalmente la maternidad es un tren en viaje: distintas velocidades y climas; primeros piso y cimas.

Entonces, como el tiempo es relativo, este mes se ha hecho muy largo, hermosamente largo, como un viaje a Paris. Tal vez por eso dicen que los bebés vienen de allá. Porque ir por ellos es todo una hazaña y traerlos más aún.

Ha sido un mes de conocerse claro, pero fusionada: a ratos soy madre, a ratos soy bebé y siento las necesidades de ella. Siento cómo se siente (si tiene hambre o frío) y necesito como ella (comida, brazos, cariños, piel). Como necesitamos juntas, he decidido amarrarla como cangurito, así es que la traigo porteando para que crezca más segura del entorno que le tocó: regulando temperatura, durmiendo mejor, propiciando la lactancia, sincronizando su respiración con la mía y todos los beneficios que sabemos tiene el cargar a los hijos piel con piel.

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No fue fácil porque tener una hija prematura es doblemente difícil, se qué podría haber sido peor, pero dentro de mi mundo fue muy difícil. Jacinta nació sin saber succionar, con ictericia y bajó medio kilo en dos días.

Sabemos que las guaguas bajan de peso en la clínica, pero sólo unos gramos se descuentan a los de nacido, cuando bajan el primer medio kilo es muy fácil que sigan bajando sin control, así es que la pediatra me pidió que le diera relleno.

Así es, con dos días de nacida, yo herida en la clínica, con mi guagua en brazos, se me sentencia al temido relleno. Llegó entonces una mamadera de vidrio con 50 cc de relleno: lloré ¿Cómo era posible que pasara esto después de todo? Después de 3 hospitalizaciones anteriores al parto, después de parir con anestesia general, después de haber nacido mi pequeña prematura. ¿Cómo era posible que además “esto”? Cabeza dura que soy no quise usar la mamadera, tomé una cuchara de té y en dos horas 40 cc de relleno estaban dentro del estomago de Jacinta.

Ya no podía más, me dolía todo: la cesárea, el alma, el relleno, el brazo, todo. Dentro de ese cuadro tomé la mamadera y la apreté sobre los labios de Jacinta quien se agarró sin succionar tomando los 10cc de Relleno que quedaban ¡sucumbí a la mamadera!

¡Me ganó la mamadera! Eso pensé, sin embargo no tenía porqué ser así: más tranquila recapitulé; tengo leche suficiente, tengo ganas y amor suficiente, tengo tiempo y voy a enseñarle a Jacinta a succionar de MI leche. El relleno fue de emergencia porque si los bebés no toman leche dentro de las primeras horas, no se les pasa la ictericia y bajan de peso. Pero no volverá a usar una mamadera, sentencié valiente.

Cuando llegó la segunda mamadera con relleno : Tenía en mi velador de clínica de una pequeña ciudad del sur un extractor Medela que me habían regalado desde la misma empresa que auspicia este blog y había un distribuidor cercano de la marca en la ciudad que me abasteció de un Suplementador a las 10.00 pm (Gracias por eso).

Por mi profesión, me había tocado hablar mi veces de los productos que tenía Medela para hacer que los prematuros y niños fisurados aprendan a succionar leche materna, había hecho muchas charlas y visto muchos videos. Logré pensar en frío, créeme que en ese momento uno no puede. Es tan niña uno, tan inútil (parte de la infantilización que vives cuando te sacan al bebé por cesárea), pero encontré el que necesitaba y lo pedí (es tan importante pedir lo que uno necesita). Me hice un pack entonces: Saca leche Swing Maxi de extracción doble (digo el nombre porque a otra le puede servir un día) y Suplementador Medela. Siempre dije que el suplementador era mi solución favorita entre las de Medela, lo dije hasta en las charlas, capaz que te acuerdas: Uno a veces sabe lo que viene cual bruja.

Entonces, me sacaba la leche con el sacaleche y la ponía en el suplementador (o relactador), luego de esterilizar todo con una bolsa esterilizadora para microondas de Medela. El relactador tiene dos mangueritas: una de ellas la prendía de un dedo de mi marido y se la dábamos a Jacinta gota a gota. ¿Por qué al dedo de mi marido? porque las que leyeron el último capítulo del diario del embarazo, sabrán que tuve una cesárea de emergencia, con anestesia general y que Jacinta estuvo tres horas en brazos de su papá, chupando el dedo de él, mientras me recuperaba. Entonces Jacinta no sabía succionar, pero sabía chupar el dedo de papá. Usamos esto a su favor.

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Fueron días y no días eternos en los que había que darle pecho + sacar leche (lo cual era relativamente sencillo gracias a la extracción doble) + usar suplementador y dar a Jacinta 100 cc diarios. Y así con mucho amor, sin fijarse en el día y la noche *por eso que llamo día y no día, porque la noche, como la conocías, no vuelve a existir: es sólo un día largo que transcurre entre dar leche, mudas, dormir a ratos con luz y sin luz, llantos y abrazos en brazos: como una ronda*

Jacinta empezó a recuperar peso, a subir lo que necesitaba, a tener menos ictericia, hasta que al mes nos dieron el alta de suplementación. Pecho libre demanda, como siempre debió ser y a disfrutar de la maternidad. ¡Lo logramos! Fue un trabajo en equipo, no habría podido sola.

En este mes también he podido estudiar el puerperio desde dentro, es mi segundo puerperio, el primero informada en estos temas y el primero buscando más pistas para analizar desde dentro. Es impactante como uno se encuentra con los miedos de la niña que fue y con los miedos de la mamá que tuvo, ¡hasta los de la abuela aparecen! Pero no dejo que me coman, porque sé de donde vienen y cuando uno sabe de donde vienen ya no es sombra, es luz. Y la luz no te puede asustar. A menos que sea tanta que no te deje ver más que sombras, pero eso es para otro cuento.

Me enorgullezco de lo que he pasado de niña, de estar acá a pesar de todo. De estar maternando lejos de los miedos y cerca de lo nuevo. De todas maneras y siempre uno se siente poco suficiente y a veces crees que vas a explotar y no vas a poder con tu hijo, pero siempre se puede y siempre se debe.

Físicamente duele, la cesarea duele mucho, en este mes todavía duele: a pesar de tener una cicatriz ínfima que seguro será imperceptible, duele como si fuera gigante: segundo corte de útero, pobrecito/pobrecita yo, quiero decir eso.

Las abuelas de Jacinta estuvieron acá conmigo un mes, 15 días cada una, y no pude más que sentir agradecimiento porque me ayudaron con mi hija mayor. Claramente ha sido difícil para ella y la entiendo, la entiendo y hago por ella para que no le duela mi cicatriz de la cesárea. Espero haya funcionado.

Jacinta es una bebé de 1 mes, un encanto, mi bultito, es una chiquitita con cara de papá, con ojos dulces entre grises azules y verdosos que seguro serán café, pero hoy me regalan arco iris.

Jacinta pide lo que necesita y fuerte, Jacinta teme a los ruidos y siente constantemente que se va a caer, lo sé porque observo su reflejo de moro cada vez que alguien habla, cada vez que me muevo, cada vez. Jacinta como todos los bebés necesitan ser afirmados y abrazados por mamá para no abismarse con esa sensación que es absolutamente emocional. Los bebés sienten vacío, sienten caída, sienten frío que va más allá de arroparlos y sólo la cercanía del cuerpo materno puede calmarlos y asegurarlos a algo firme. Poco a poco ha cedido esta sensación en ella, poco a poco confía más en mamá: porque he estado 24/7 porteando . Nadie la carga más que unos minutos de ducha, de baño, de cariños a la mayor, voy y vuelvo a ella.

Con mi bebé de 1 mes somos una en este mes

Varinia Signorelli C.

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