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Comer con nuestros hijos: El impacto de la TV y los hábitos saludables

Comer con nuestros hijos no sólo nos entrega un buen momento para estar juntos, está científicamente estudiado que los niños que comen junto a sus padres tienen mayores oportunidades de adquirir hábitos saludables.

La evidencia es clara en demostrar que los niños se alimentan mejor y comen menos comida chatarra cuando se sientan a la mesa con sus padres.

La evidencia también dice que comer con la TV encendida va en contra de los hábitos saludables

Los resultados fueron obtenidos en Australia y publicados bajo el título Family meals with young children: an online study of family mealtime characteristics, among Australian families with children aged six months to six years en BioMedCentral (BMC).

Comer con nuestros hijos es un buen hábito

Es sabido que los hábitos alimenticios varían según la situación socio-económico-cultural de las familias, hay patrones que son tendencia: familias más acomodadas tienen hábitos alimenticios más saludables, ocurriendo lo contrario en familias más vulnerables. Seguramente por el acceso a la información, cada uno hace lo mejor que puede con sus hijos desde su realidad y su conocimiento en la materia.

Lamentablemente los alimentos saludables, en ocasiones son más caros. Por esta razón cuesta alimentarse bien en algunos casos.

Otros patrones reconocibles que hacen que los niños tengan hábitos más saludables es el comer todos juntos en la mesa: los niños que comen junto a sus padres comen menos snacks que los que comen solos.

Esto tiene una explicación: los padres que comen junto a sus hijos los incentivarán a que coman alimentos que tienen mejores características nutricionales. Estos niños tendrán mayor ingesta de frutas, verduras y vegetales.

Entonces, para asegurarme cumplir con sus requerimientos emocionales y nutricionales, hago lo siguiente:

Le doy su papilla hecha en casa o Nestlé Naturnes que es la nueva línea de colados de Nestlé que no tiene sal ni preservantes y en su versión compota está hecho de fruta orgánica, a la hora de almuerzo de toda la familia.

Acomodé sus horarios para que calcemos todos juntos en la mesa.

Dejo que meta las manos en su papilla, entre las cucharadas que le damos distintos miembros de la misma, compartiendo y disfrutando del momento juntos.

Las comidas en las cuales hay mayor contacto entre las familias

Las comidas en las que menos veces estamos con los hijos es el almuerzo, luego el desayuno y finalmente la última comida del día (que dependiendo de la familia puede variar mucho en su composición). Esto es porque la mayoría de los adultos almuerzan fuera de casa, en sus trabajos (o sencillamente no almuerzan).

Las comidas que menos tenemos en común son los snacks, los adultos habitualmente comemos snacks cuando estamos solos, a los niños les damos snacks que no compartimos con ellos.

Es importante que el tiempo que pasemos con nuestros hijos comiendo sea con la televisión apagada, nos permite conversar e interactuar con ellos. El pasar tiempo de calidad con ellos nos permite poder inculcar hábitos alimenticios, valores y participar activamente de su proceso de aprendizaje.

La mayor influencia en los hábitos alimenticios de los niños ocurre gracias a sus padres, es decir, si nosotros no estamos en esos momentos con ellos, ellos comerán cualquier cosa de acuerdo a sus preferencias personales o del momento.

No se extrañen si un niño que come en solitario prefiere las papas fritas o golosinas. Lo hace porque no ha recibido el consejo oportuno de sus padres.

Los factores que contribuyen a una alimentación saludable

Los factores que se sabe que influyen en que la alimentación de los niños sea más saludable son los siguiente:

  • Comer en un lugar establecido para eso  (el mesón de una cocina, una mesa de comedor). Evitar por sobre todo comer en las habitaciones o lugares no dispuestos para eso.
  • Reducir o eliminar el acceso a TV, computadores, tablets y/o teléfonos celulares mientras se come.
  • Ofrecer porciones apropiadas para cada uno de los miembros de la familia.

Los niños que se alimentan cumpliendo estas simples recomendaciones son más proclives a consumir frutas y verduras, así como tienen un índice de masa corporal más reducido.

Además así comen menos comida chatarra y snacks.

El cambio en los hábitos de consumos de alimentos en horarios no habituales (snacks) es uno de las medidas que mayor impacto tiene sobre la obesidad infantil de acuerdo a estudios realizados en Estados Unidos.

Uno de los lugares donde se debería evitar comer snacks a toda costa es en el auto o mientras uno se desplaza: Esto es porque lo que comemos en el auto o en los desplazamiento, por lo general son cosas poco saludables.

Equipo Supermadre

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