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¿Cómo enseñarle a nuestros hijos a actuar en caso de emergencia y ante los extraños?

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¿Cómo enseñarle a nuestros hijos a actuar en caso de emergencia y ante los extraños?

La seguridad de nuestros hijos no siempre depende de nosotros. No importa qué tan atentos estemos, un segundo de distracción puede terminar en una caída, en una pelea o, nuestro mayor miedo, en un rapto. Es difícil asumir que, en realidad, no hay un lugar 100% seguro en el mundo donde nuestros hijos puedan jugar sin correr ningún tipo de peligro.

Aunque uno como madre o padre, nunca quiere que su hijo pierda su inocencia ni crezca temeroso de su ambiente, es importante hablar con ellos sobre la posibilidad de ser secuestrados por desconocidos o que otro adulto le haga daño. La mejor forma de prepararlos es hablar con ellos y hacerlos saber que en el mundo, así como hay gente buena, hay gente mala; personas con malas intenciones que son capaces de hacerles cosas feas. Contarles que hay gente mala que les miente, que les dice que los acompañe a un lugar secreto y que le dará dulces a cambio, o que les darán un regalo al llegar o que les piden ayuda para salvar a un perrito o gatito. La idea es que, si alguna vez se topan con uno de estos adultos, sepan reconocerlos y nunca se vayan con ellos, nunca, nunca.

Aparte de contarles que existen estos humanos, también es bueno prepararlos para el caso hipotético de que estos adultos logren engañarlos, puedan pedir ayuda.

  1. “Donde mis ojos te vean” es un concepto que los niños no comprenden del todo, porque ellos no están en tu cabeza y no saben qué ves o qué no ves. Es mejor decirles “juega donde puedas verme a mí”, así sabrán hasta dónde pueden llegar sin perderte de vista… si él no te pierde de vista a ti, estará dentro de tu campo visual.
  2. Si los toma en brazos un adulto que no conocen, que griten “este no es mi papá”, “este no es mi mamá”, lo más fuerte que puedan. Razón: cuando otras personas ven a un adulto con un niño llorando y gritando en brazos, no se meten porque lo más probable es que el niño esté con pataleta.
  3. Tener una palabra secreta entre los dos. Si un adulto va al colegio a buscar al niño, que el niño le pregunte la palabra secreta… si no la sabe, no se va con él. Así te aseguras de que, si alguna vez le pides a alguien que vaya por tu hijo al colegio, él pueda saber que pueda confiar en este nuevo adulto porque conoce la palabra secreta.
  4. Si está en una casa que no conoce y donde le están haciendo daño, que grite “incendio” … la lógica es la misma del punto 2; si un niño grita y llora en una casa, probablemente nadie se acerque a ver qué pasa. La palabra “incendio” llama a los curiosos.
  5. Nunca irse ni aceptar nada de adultos que ellos no conozcan…

Es difícil crear un equilibrio entre un niño temeroso y un niño cuidadoso, pero se puede. Será una tranquilidad para nosotros como padres saber que les hemos dado herramientas que los ayudarán si algún día (¡ojalá nunca jamás!) se ven en una situación como esta.

 

Foto de Hierba creado por pch.vector – www.freepik.es

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