Revisa nuestras redes sociales

Confesiones de un aspergeriano: La Página Oscura.

Psicología

Confesiones de un aspergeriano: La Página Oscura.

   
  
      

  La Página Oscura – Parte 2: Vivir
 
“Nací un creyente, haciéndome el loco
Solitario soñador, abandonado para elegir”
Journey – Happy to Give
 
            Una de las grandes diferencias que he notado entre los aspergerianos y los neurotípicos, son los ciclos de socialización que tienen: cuando se logra desarrollar un ritmo de vida con más personas a su alrededor, como “las piedras golpeándose con otras” van puliendo sus conductas; pero cuando llevas una vida rígida, con un muy limitado numero de personas e intentas cambiarla, es muy difícil romperlo, por mas que intentas socializar todo falla y vuelves a estar solo a veces mas atrás del lugar donde partiste, de pronto alguien te ofrece su mano y no quieres tomarla, porque sabes que cuando por fin estés en el aire flotando y creas que todo va a ir bien, al menor error o descuido despiadadamente te soltaran dejándote caer con mas fuerza reencontrando un dolor que aun tiene poder sobre ti y es mas grande de lo que recordabas; o que quizás la vas a agarrar con tanto ímpetu como si tu alma dependiera de ello hasta ahogar a esa persona, no quieres ni uno ni lo otro, lo único que quieres es alguien que te diga: “Hola” en el momento preciso, que quiera darte la mano sin pedir nada mas que sinceridad y pura lealtad, siendo leal esa persona contigo quieres una vela que brille en la oscuridad, porque sabes que sin importar lo fuerte que puedes ser, el mundo es mejor compartiendo las dichas.
            Por eso me molesta mucho cuando veo a tanto neurotípico que menosprecia a otros, en especial cuando halaga a las personas y después se aleja, (por eso odio con todo mi corazón los halagos pidiendo que jamás me los digan), cambia de amistades con una facilidad que a veces reconozco que es envidiable, más no trepidando en ser desleal, menospreciando el rol importante que tuvieron, a veces para crear una herida que puede tardar años en sanar, a juicio personal, es una de la razones que ha afirmado y demarcado tanto la línea separatoria entre la denominación “aspergeriano” y “neurotípico,” la voluntaria indiferencia y crueldad.
            Hace años, muchos años, alguien muy querido me dijo que si hacia algo no me volvería a hablar, bromeando no le hice caso y recién hace unos meses me pude reencontrar con esa persona para pedirle las disculpas, más lo que perdí fue mayor de lo que pude imaginar, una gran lección a algo que pudo ser evitado; por eso no hay deshonor en reconocer los errores, en pedir perdón, es ridículo guardar orgullo, defender el amor propio,   
            El buen libro dice: “así que cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.” (*a), lo menciono porque en incontables ocasiones he oído que los aspergerianos tenemos alma de niño y es aquí donde podemos tomar una gran ventaja si destruimos nuestro ego, si nos sobreponemos a las dificultades poniendo la mejilla las veces que sea.
            Dan Fogelberg cantaba: “¿Podemos contemplar con el asombro de los niños hacia la desafiante noche, se ha vuelto todo tan oscuro que no puedes recordar la luz? (*b)
            Por eso no logro entender como puede considerarse dignidad o fortaleza el mantener una actitud orgullosa y cruel ¿Que amor puede haber si no somos capaces de dejar de lado las diferencias, perdonar los errores y mirarnos unos a otros como el tesoro que somos?       
            Lo que me motiva a preguntar y preguntarme una y otra vez: ¿Qué es lo que quiero? ¿Por qué hago esto?…ser honesto conmigo mismo, tener claro que esto que escribo es para que otros no cometan los errores que me ha tocado vivir, así todos aprendamos a ser tan felices como sea posible, lo que nunca fácil pero tampoco imposible.
            Los obstáculos son parte esencial de este proceso, por ejemplo tengo una memoria de corto plazo mala, pero cuando recuerdo los detalles no olvido nada, en especial lo que cuesta rechazar una amistad, porque sé que es una responsabilidad (y hasta un honor) y si lo debo hacer es por un motivo muy especifico tras replanteármelo, muy bien porque si hay algo que lo aprendí viendo Galáctica, Viaje a las Estrellas, estudiando el cristianismo, es que la gran diferencia que puede hacer el ser humano es como su corazón lo mueve a tratar a los demás con el respeto que merecen, actuar con honorabilidad.
            Francamente a veces me imagino como si fuera Morden, el antagonista de Babylon 5, (dado que por su origen ni siquiera parece ser villano), un interlocutor de una poderosa raza que se encarga de hacer realidad el deseo de quienes responden la pregunta que realiza: ¿que es lo que quieres?, a cambio quien ve su deseo hecho realidad debe dar algo que Morden cobrará en su preciso momento, una acción determinada.
            En rigor para mi ese precio es lo mismo que el genial abogado de la serie “Suits”, Harvey Specter dice en una frase: “”La lealtad es una calle de doble sentido. Si te la pido, la tendrás de mi parte” y que Temple Grandin menciona en el manual de mi mentora: “Lealtad y amistad a toda prueba, un amigo asperger es un amigo para toda la vida”, “La gratitud como virtud es significativa en ellos: Cuando alguien los ayuda, jamás olvidan ese gesto: por pequeño que sea queda grabado en su memoria y lo reconocen siempre” (*c)
            Si contara las veces que he sido leal alguien para ser traicionado, con justicia pueden decir que soy demasiado tonto, pero no me arrepiento, aunque el “buen libro” dice con mucha dureza que no hay que dar las “perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelva y os despedacen” (*d), algo que me lo han repetido hasta mas allá del cansancio, una parte de mi que coincide completamente con las palabras, escritas de forma semitextual, de Malcolm Reynolds: “soy conocido por luchar guerras perdidas” (*e) porque tengo muy claro que sin importar la fortaleza que podamos llegar a tener o el dolor que suframos, si no sabemos ser compasivos y piadosos, usar nuestra inteligencia y sabiduría, dispuestos a sacrificar nuestro bienestar en pos de otros ¿de que nos servirá todo lo que hemos aprendido y somos? ¿Nos perderemos en jaulas de nuestra propia creación cuyos barrotes fueron hechos por nuestro ego?
            Quizás sea una tontería de mi parte, una que fue reforzada cuando vi en la serie “Crusade” a un capitán que no traiciona ni abandona a nadie sin importar lo que cueste y una ladrona que anhela encontrar alguien para quien no sea importante obtener fama, fortuna o alguna clase de provecho personal…utopías o fantasías como ya he escrito, para mi son ideales que deben ser imitados.
            Nosotros mismos cerramos las puertas a nuestras alegrías al no conservar y valorar lo que la vida nos da, a no degustar el néctar de una sonrisa, el candor de una mano al ser estrechada, no oír las mismas lecciones que con cariño se nos dan por el solo hecho de “estar allí”, ¿cuantas cosas mas se pierden en pos de armar una mal llamada dignidad o fortaleza? ¿Cómo podemos sanar, crecer o vivir si no dejamos fluir nuestra inocencia?
            El que los individuos no seamos perfectos no es el problema, es cuando podemos hacer el bien y no lo realizamos porque no queremos en realidad, nos engañamos, y engañamos a quienes comparten con nosotros, y porque tal como lo dijo Martín Luther King Jr. “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.” En este sentido la única forma de acabar para siempre con las justificaciones es cambiando el corazón con actos honorables; hacerle sentir a los demás lo valioso que son, porque lo son, no por promovernos de santos o perfectos, creyentes etc. sino porque si damos paso a la indiferencia, a la crueldad que nos afecta, nos haremos parte de aquello que nos ha dañado, nos convertiremos en nuestros peores enemigos poniendo barreras donde nunca debieron existir.
            Erik Lehnsherr dice en el filme “X-MEN Primera Clase”: “Quieres que la sociedad te acepte pero ni siquiera te puedes aceptar a ti mismo”, ¿Como nos podemos aceptar cuando podemos ser mejores y no lo intentamos?, dejamos que el destino nos atrape, porque no somos capaces de ver las reglas de la sociedad, los vientos de la vida, dejando que las perlas se escurran entre los dedos, como las lagrimas de Moisés al no entrar a la tierra prometida, el precio que se debe pagar por nuestra inacción.
            Cuando ves a un niño que no puede sonreír, a un adulto que en su estado depresivo una palabra errada lo puede destruir, sabes que pudiste ser él o algún día llegues a ser como él y merece ser tratado con cariño, quizás no tengas la fuerza de darle amistad, aunque lo intente, recordar nombres, porque no quieres fallarle como a ti te fallaron, pero al menos puedes hacerlo sentir que puede cambiar el mundo y estoy seguro que ya lo hizo.
            Podemos volvernos al pesimismo de Mark Twain quien con mordacidad decía: “A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es blanco, negro, católico, musulmán, judío, capitalista, comunista… me basta y me sobra con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser”, justificaciones para maldecir a la gente y a este mundo aparecen día tras día, cada una mas brillante que la anterior, pero han pensado ¿como se siente dejar de lado todo eso al estrechar la mano de alguien sin usar una mascara? ya sé que es mucho pedir, es mostrarnos tal cual somos sin miedo a nada, conscientes de lo que queremos, de lo que nos agrada y lo que nos desagrada, porque de un pequeño acto se va forjando el carácter y el vinculo, con estos nace la lealtad cuyo perfeccionamiento se hará conforme a lo que descubra en el otro a fin que sienta lo invaluable que es, que desde el momento en que hemos decidido ser amigos es una sublime bendición que he de intentar preservar con la justa medida que merece; por eso no es un placer justificarme, es tan solo el ser sincero diciendo el esfuerzo que se hace, la incertidumbre de no saber si volverás a compartir con esa persona y cuando, si las alegrías se volverán a repetir, si el tiempo nos alejara como aliados o enemigos…la amistad es una odisea y veces mientras mas se anhela más grandes pueden ser los desafíos para conservarla, sometiéndonos un purgatorio privado en el que existimos hasta que no se haya afirmado con toda la fuerza que requiere.
            La única forma de salvarnos de ese abismo es que puliendo nuestro corazón, aceptando que el dolor es parte del crecimiento, mas no debemos atarnos ni a este ni a nadie, nada nos debe detener en el buen actuar, insistir con la búsqueda de ser sinceros y conscientes de lo que hacemos con lo mas intimo de nuestro ser, no permitiendo que el ego nos traicione, no para afirmar una santidad de la que quizás nunca seremos dignos, sino porque esta es la forma de ser y vivir tal cual somos, construyendo nuestras utopías, un pequeño paraíso donde por fin podremos dar vuelta la pagina para siempre, donde por fin la felicidad nos abrazará con el cariño que tanto hemos anhelado para no soltarnos jamás.
 
(*a) Mateo 18:4         
(*b) The Wild Places
(*c) Página 58 de “Asperger un pensar diferente”
(*d) Mateo 7:6
(*e) Unión de dos frases que aparecen en el filme “Serenity”
Juan Carlos Sánchez Emilfork.


Aspergeriano. Co terapeuta de Isabel López Turner, Psicóloga quien trabaja con pacientes Asperger en Concepción


isabellopezturner@gmail.com
 

Seguir leyendo
Esto también te podría interesar...
Click para comentar

Debes ingresar para poder escribir un comentario Ingresar

Dejar un comentario

Más en Psicología

No te lo puedes perder

Subir