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Conoce qué hacer con las enfermedades virales bucales más frecuentes en los niños

Salud

Conoce qué hacer con las enfermedades virales bucales más frecuentes en los niños

Los niños son curiosos y exploradores por naturaleza. Trepan, se arrastran y cuando están en contacto con otros niños se toman de la mano, juegan, se abrazan y  se tocan. En esta interacción normal y cotidiana, fluyen algunos fluidos como la saliva, la cual tiene un sin número de microorganismos buenos y malos.

Entre estos microorganismos se encuentran los virus, los cuales pueden producir la enfermedad si el huésped es susceptible, como por ejemplo un niño con defensas bajas. Los virus se contagian por contacto directo por la piel, al dar la mano; por vía área, estornudar o  toser y por saliva, besos o compartir cubiertos.

Coxsackie A16 o “Pie, mano, boca”

Entre estos  virus se cuenta el Coxsackie A16, causante de la enfermedad “Pie, mano, boca”. Esta enfermedad es prevalente en menores de 5 años, especialmente en niños que asisten al jardín, debido a su fácil y rápida transmisión. Los primeros síntomas se manifiestan a los 3 o 5 días de  exposición al virus. El niño tendrá fiebre e inapetencia, molestias en garganta y en zona abdominal. Al segundo o tercer día aparecen lesiones en piel y manchas rojas dentro y fuera de la boca.

La mayoría de los niños andan irritables, dejan de comer y de  beber líquidos, ya que las ampollas intrabucales pueden provocar molestias y dolor; es evidente el desgano o decaimiento. El tratamiento indicado es hidratación, y analgésicos según prescripción. Es importante consultar con tu pediatra, la necesidad de algún medicamento.

Mientras cursa el cuadro se debe mantener al niño en reposo idealmente en casa, para no contagiar a otras personas. Evitar alimentos calientes, salados y/o aliñados, de preferencia elige  líquidos y alimentos fríos, lo cual alivia las molestias. Si tu hijo utiliza pañales, debes lavarte las manos antes y después de la muda, y eliminar el pañal sellado, ya que el virus se puede transmitir por las heces hasta 3 semanas.

Esta enfermedad se resuelve naturalmente a los 7 o 14 días;  si al pasar los días los signos o síntomas empeoran, como por ejemplo deshidratación, o no se ve una mejoría notoria, se debe consultar al pediatra.

Gingivoestomatitis

La Gingivoestomatitis herpética primaria es la primera infección del Virus Herpes Simple tipo I, y es consulta recurrente en menores de 3 años. Se caracteriza por presentar fiebre alta, úlceras o aftas en encía, lengua y mejilla y por ende dificultad para ingerir alimentos.

Entre los primeros signos se evidencian  lesiones difusas rojas en encía y mucosa de la boca, con formación de vesículas pequeñas, las que se rompen formando ulceras (aftas), las cuales sangran y duelen. La cavidad bucal es la más comprometida en este cuadro, presentándose inflamación de los ganglios cervicales, como los ejemplo las amígdalas. La placa bacteriana complica el cuadro, ya que puede infectar las úlceras.

La mayoría de los niños que presenta esta patología, se encuentran convalecientes de alguna infección aguda  respiratoria como resfrío, gripe, influenza o neumonía.

Respecto a la medicación retroviral, la evidencia actual indica que no está indicada en estos casos, ya que el virus ya está incubado cuando se presentan los síntomas. Es importante hidratar a los pacientes con gingivoestomatitis herpética, ya que la mayor complicación en lactantes es la deshidratación.

Este cuadro resuelve espontáneamente a los 7 o 10 días y en caso de necesitar analgésicos, se debe realizar según prescripción médica. Evitar los alimentos ácidos, salados y calientes. Si hay sospecha de infección por hongos o bacterias, se debe consultar inmediatamente al médico.

En ambos cuadros el diagnóstico es meramente clínico, por lo que es importante tener claridad en la aparición de los síntomas y aparición de cuadros febriles.

Evitar el contacto con adultos enfermos es una medida de prevención por excelencia, ya que la respuesta a las enfermedades virales puede ser más graves en niños menores de 5 años.

Carolina Martínez Fernández

Mamá y odontóloga APS.

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