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Contra las madres primerizas 

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Contra las madres primerizas 


La columna de una joven que no es madre aún, indigna a las madres. Revísala.
Hoy abrí mi Facebook y me encontré con la siguiente noticia: “Peppa Pig no causa autismo: esa es una noticia falsa”. A primera vista pensé que era otro titular humorístico de La Legal, por lo fome y por lo mal escrito era de esperar. Pero no, era una noticia real: la cerdita Peppa Pig –un dibujo animado– no crea autismo, las mamás pueden estar tranquilas. Hice click en el perfil de la persona que lo había compartido y veo al menos diez publicaciones seguidas igual de ridículas, entre ellas un revelador reportaje de “por qué nunca deberías abrigar a tu bebé con mantas de polar”. Para ser honesta, no me esperaba otra cosa de ella, después de todo, es madre primeriza.

De verdad me atrevo a hacer una distinción entre seres humanos y madres primerizas. Son una especie mutante, aunque no estoy segura del momento exacto en que sufren aquella mutación: en algunas se da casi desde la concepción, mientras otras solo se transforman poco antes de dar a luz. Da lo mismo, la metamorfosis ocurre.

Desde que les sale esa primera cabeza llena de pelusas y de sangre que ellas interpretan como “lo más lindo del mundo”, las madres primerizas se vuelven unas criaturas lunáticas y posesivas con complejo de superioridad. Desde ese minuto, son dueñas de la verdad sobre cualquier aspecto del universo que involucre guaguas y maternidad, invalidando cualquier opinión ajena con argumentos como “es que tú no entiendes” o “tú nunca lo has sentido”. Anda a tratar de discutir sobre el aborto con una de ellas. A los treinta segundos van a estar tirándote en la cara su tufo a calostro con colado de pescado para explicarte que nunca vas a entender lo que es el aborto hasta que sientas ese calorcito tan rico de tener compañía en tu guatita.

Más adelante, se vuelven intensamente monotemáticas. La mayoría crea grupos de WhatsApp solo con amigas que también han tenido hijos para comparar sus experiencias y preguntar mierdas sobre tener hijos como si fuera una ciencia que ellas estudian. Sus temas de conversación no van más allá de pedir datos de nanas (la mayor obsesión de estas culiás), comparar clínicas y ginecólogos, preguntar si es normal tal cosa que le pasó a su teta después de dar leche o hablar de lo difícil que es la etapa de inscripción en los colegios. Les encanta decir que ser mamá es “el trabajo más difícil del mundo” para disimular sus escasos logros en la vida o para excusar que siguen pesando 350 kilos después de dos años de haber parido. Aun así, con todo lo cansadas y ocupadas que están, se hacen el tiempo para estar enchufadas 24/7 en las redes sociales, embutiéndole fotos y videos de sus pendejos horrendos a cada persona que puedan o subiendo noticias y memes sobre ser mamá. Y de verdad creen que alguien les pone play a los videos de sus niños. No entienden que el video podría ser un tutorial de cómo perforar tu noesni correctamente y nadie se daría cuenta. “Cosa más rica, me lo comería!!!”, seguirían comentando sin verlo.

Díganme insensible o ignorante, pero espero que mi vida nunca se reduzca a hablar de lo importante que es el apego, ni a subir fotos a Instagram del primer baño de mi guagua que parece marciano in vitro y tiene el tórax desfigurado. De verdad me da entre pena y asco ver cómo una vida puede transformarse en eso: perder tu dignidad hundiendo tus fosas nasales en el ano de tu guagua para ver si se cagó, pasarle la lengua a un chupete con baba pasada a zoológico que se cayó al suelo para limpiarlo, succionarle mocos a un humano incapaz de hacerlo por sí mismo, masticar la comida antes de dársela. A quienes están en esa situación, sinceramente les deseo que algún día recuperen su condición de seres terrenales. Si sus hijos ya tienen un collar de ámbar para el desarrollo de los dientes, lamento informarles que no hay vuelta atrás. Pero si no, todavía están a tiempo para salir de ese hoyo de la maternidad primeriza.

Interesante punto de vista de una joven sin hijos: Deja tu opinión

*Puedes leer la columna en el sitio original aquí

Equipo Supermadre Primerizo

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