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20 de Marzo día internacional de la felicidad: cómo ser feliz

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20 de Marzo día internacional de la felicidad: cómo ser feliz

Desde 2013 las Naciones Unidas celebran el día Internacional de la felicidad. este día tiene como fin dar importancia al papel que juega la felicidad en las personas de todo el mundo.

Durante este día, se busca crear consciencia y para que así, los países la tengan presente en las políticas de gobierno.

Según la Real Academia Española, la felicidad viene del latin “felicitas” que sería un estado de satisfacción espiritual y física. Sin embargo, sabemos que la felicidad tiene un significado distinto según cada persona.

día internacional de la felicidad

20 de Marzo: día internacional de la felicidad

El Día Internacional de la Felicidad se celebra cada 20 de marzo. La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) lo instauró el 28 de Junio del 2012.

El día Internacional de la felicidad se celebró por primera vez el 20 de Marzo del 2013.

¿Cómo nació el día internacional de la felicidad?

Esta celebración nació a partir de una iniciativa de Bután. En Bután se considera la Felicidad Nacional Bruta un recurso mucho más importante que el PIB (Producto Interno Bruto).

Esta celebración busca reconocer el bienestar y la relevancia de la felicidad como fundamental y universal para todos los seres humanos. Reconoce además su importancia como parte de las políticas de los gobiernos.

Esta resolución busca que los estados miembros de la ONU, organizaciones gubernamentales, internacionales, sociedad civil y las personas celebren este día y realicen actividades concretas.

A la ONU particularmente le interesa que se realicen actividades en el ámbito educacional.

¿Qué es la felicidad?

La felicidad es el bien intangible más anhelado de nuestra sociedad. Bajo su bandera se realizan distintos actos, expresiones de arte y búsquedas insensatas. Pero ¿qué es la felicidad realmente?

¿Cómo se logra ser feliz?

Desde la psicología da la impresión que la felicidad está sobrevalorada, comprendida como una necesidad constante, cuando sabemos en lo concreto que durante la vida tendremos distintos peaks de ésta, sin embargo no estar en la cima de la gratificación no tendría por qué percibirse como el polo opuesto.

Al parecer fluye y fluctúa como marea siendo todo parte de la vida: la felicidad, la tranquilidad y las tristezas. Hoy es un día para ser feliz.

¿La felicidad está sobrevalorada?

La felicidad es lo que mueve al mundo, lo que deseamos para nuestros hijos y seres amados, es también lo que anhelamos para nosotros mismos.

Al parecer la felicidad nos mantiene en constante búsqueda, da la impresión ser un horizonte que al llegar y creer que se ha alcanzado siempre nos deja una meta más allá. Tipo fatamorgana en el desierto.

La felicidad entonces, sería algo inalcanzable que no se concreta nunca (siempre necesitamos más)

El impedimento de la felicidad parece no estar en lo que pasa alrededor de nosotros o en las acciones de los demás hacia nosotros, sino que en nuestra estructura interna.

Por esta razón las personas felices suelen tener más o menos que nosotros (a simple vista) mejor o pero suerte, indistintamente. Es una valoración interna, personal única e irrepetible.

De hecho, uno mismo puede ser su propia felicidad o su propia ruina. Sin importar lo que afuera ronde.

Claramente condiciones básicas cubiertas y ciertas tranquilidades propicia un estado basal para ser feliz, por eso es importante que sea considerada como bien país.

La felicidad de los niños

Existe una utopía única y dice que los niños son felices por naturaleza. Seguramente ellos nos dan lecciones de cómo es ser feliz con poco.

Lo único que necesita un niño para sentirse feliz es saberse amado por sus padres. Por su madre o por quién materna.

Sentirse amado no es lo mismo que ser amado. A veces no expresamos el amor que sentimos de la manera que el otro lo percibe y entonces los niños viven en un vacío que muchas veces hace que no se sientan felices.

Las políticas de gobierno deben priorizar la visibilización de los niños.

Los gobiernos deben procurar condiciones básicas cubiertas para todos. Deben comenzar por los niños más vulnerables, pero asegurar buen trato y respeto para todos.

Incluso deben preocuparse para los que parecen vulnerables y para los que tienen familias que parecen “bien constituidas”.

Cuidar de la infancia tiene que ver con propiciar el contacto madre e hijo. El bienestar de los más pequeños y su posibilidad de pasar tiempo con la familia, a su vez informar a padres y madres sobre las necesidades reales de los niños.

Hacer feliz a otra persona también es una buena forma de alimentar la propia felicidad. Ese sentimiento de satisfacción por la propia existencia y la solidaridad con la existencia del prójimo.

Podemos apostar a hacer feliz a nuestros seres queridos, pero también hacer feliz al resto de las personas.

Cómo lograr la anhelada felicidad

Erradicar creencias del paleolítico como: castigo, gritos, chantajes o encierro, manipulación de parte de los pequeños. Esas prácticas no son necesarias para su formación.

Debemos dejar de creer que los niños son adultos pequeños.

Dejar de hacerlos sentir que los adultos deciden por sobre su cuerpo: ellos saben bien sobre sus necesidades.

Es buena idea conectarnos con nuestro niño interno y entender qué es lo que nos faltó. Dejar el discurso mágico que nos indica que de niños éramos felices, seguro de niño necesitamos mucho, pero el discurso inoperante no nos deja entrar ahí y descubrir lo propio.

Entender qué nos faltó cuando niños, qué es lo que no nos gustó, cuáles eran nuestras tristezas y cuales eran nuestras carencias emocionales nos permitirá dejar de pedir en neutras relaciones adultas.

Lo que nuestra madre no nos dio y entender que ahora, de adultos cuidadosa  nuestro niño interno y no necesitamos pedir más.

De la misma manera tener claro qué fue que nos faltó, nos ayudará a entender qué nos duele de conectarnos con nuestros niños, es liberador.

En este día les invito a mirar a sus hijos, preguntarles qué les hace feliz y darles eso, los 364 días del año restante. Cada familia es un pequeño país que puede cambiar la historia.

¿Eres feliz?

Equipo Supermadre

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