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Día internacional del bebé prematuro

Fui un bebé prematuro, tengo clarísimo lo que implica nacer en esas condiciones, nadie me contó lo que provoca, lo viví y me acuerdo. Nacer prematuro establece una diferencia con los otros niños, desde siempre y para siempre. Esa diferencia no nos hace mejores ni peores, nos hace diferentes. La forma de nacer y las circunstancias sí influyen en nuestra vida.

 

Más de 30 años después fui madre de una bebé prematura, que si bien no necesitó incubadora, necesitó todo lo demás y sigue necesitando. El haber vivido en una incubadora al principio de mi vida, creo que me hizo más fuerte para recibir a mi segunda hija, en condición de prematura.

Cuando nace un bebé prematuro, hay una madre estresada, asustada, confundida, una familia que no sabe que hacer, que no está preparada. Pero fundamentalmente, nosotras las madres sentimos que nuestro cuerpo no fue capaz de llevar ese embarazo a término, nosotras sentimos que algo hicimos mal o incorrecto, que tal vez no nos cuidamos, nosotras sentimos que lo que vive nuestra guagua es nuestra responsabilidad que nosotras no fuimos suficientemente buenas gestando.

Cuando nace un bebé prematuro, muchas veces hay un parto complejo o altamente intervenido. En mi caso fue una cesárea de emergencia con anestesia general, es decir, no vi a mi hija nacer. No la sentí salir de mi cuerpo, no pude abrazarla hasta dos horas después.

Lo único que pedí, mientras estaba sintiéndome más sola que nunca, fue que no la dejaran en la cuna, que ella necesitaba sentir olores y movimientos, voces conocidas y logramos que el equipo médico la dejara en brazos de su papá: él la acunó, la metió dentro de su polera para que evitar la baja de temperatura y le puso el dedo meñique en la boca para que no llorara hasta que despertara su mamá para darle leche. Jacinta no succionaba nada más que el dedo meñique de su padre, los primeros dos meses de vida. No se agarraba a mi pecho porque no sabía, solamente succionaba el meñique de su papá.

Uno de los primeros desafíos a los que nos vimos expuestas, fue a superar el bajo peso, subir de peso cuando un bebé no sabe succionar, porque es prematuro, y luchar por establecer la lactancia materna es un Everest para subir. Pero alguien ya llegó a la cima del Everest, así es que ahí llegaríamos.

Entonces alimentarla fue muy difícil, no succionaba leche del pecho con fuerza, pero como pueden ver en el video, tenía una fuerza increíble para agarrar el dedo. Así es que sobre mí, con un relactador prendido al dedo de Juane con la leche extraída, la alimentábamos.

Quiero que este día sirva para que todas nosotras, que tenemos a nuestros hijos en buenas condiciones o medianamente en buenas condiciones, abracemos a otras madres que lo están pasando mal, porque tienen un prematuro en casa o en el hospital, las acompañemos aunque no nos van a pedir ayuda, porque no se darán cuenta lo mal que se sienten y seguirán luchando por sus pequeños.

Este video tiene 3 años. Y es la primera vez que puedo verlo. Por varios detalles : el principal es la fragilidad de mi hija, mirarla ahí sobre mis piernas tan chiquitita; la cara y voz angustiada de su papá que en ese momento era incapaz de percibir; mi mano angustiada apretando ese relactador para que llegara la leche a Jacinta y subiera de peso. Esta historia duró 2 meses aproximadamente, muchas veces al día. Con la misma angustia. Fue un camino difícil, lleno de sombras y soledad.

Decidí compartirlo para transmitirles que sí se puede, todo se puede. Puedes ver el video haciendo click acá.

Vari

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