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Dieta Antiinflamatoria: la experiencia y resultados luego de seguirla por cuatro meses

Soy trabajadora en el área Salud, casada y tengo dos hijos pequeños. Hace aproximadamente 3 o 4 años, me diagnosticaron una enfermedad que se llama Espondilitis Anquilosante. Esta enfermedad es similar a una artritis, afecta principalmente articulaciones que están en la pelvis y en la columna vertebral, es más frecuente en hombres y en menores de 30 años, sin embargo puede aparecer antes de esa edad o diagnosticarse después, como a mi me sucedió.

Desde el diagnóstico he tomado distintos tipos de medicamentos, desde antiinflamatorios comunes hasta medicamentos que regulan el cuadro doloroso, sin embargo, pensé en que podía hacer más por mi salud.

Comencé realizando ejercicio, pero no pude hacerlos porque tengo lesiones en distintas partes de mi cuerpo. Posteriormente investigué más y me encontré con una dieta especial: debía eliminar alimentos que pueden causar inflamación en personas predispuestas: Lácteos (que contiene proteína animal, proveniente de vaca, no emparentado con el ser humano), carnes rojas (de nuevo presente la vaca), soya (también considerado alérgeno), maní (igual que la soya), gluten (presente en trigo, cebada y avena). También me limitaron alimentos procesados (aunque no tengan muchos componentes generalmente tienes preservantes, colorantes, etc., y además son preparados en máquinas que presentan restos de otros alimentos).

Lo anterior hizo que aumentara el consumo de agua pura, frutas, verduras, carnes blancas sin grasa, lo cual ayudó secundariamente a alimentarme sanamente.

Los resultados

Al iniciar el proceso me encontraba en un índice de masa corporal de 31,5 (obesidad). Esto fue hace casi 4 meses. Inicialmente se volvió un desafío, ya que nuestra dieta se compone de muchos alimentos que ya no puedo ingerir, sumado a que la gente con la que comparto no tenía conocimiento de mi nuevo estilo de alimentación, tenía que leer todo, aprender nuevas recetas.

Al mes de iniciada la dieta comencé a sentirme mucho mejor, con menos dolor, y me dí cuenta que estaba bajando de peso, por lo tanto tenía dos motivos para continuar.

Actualmente puedo decir que no he vuelto a tener crisis de dolor, mi IMC es de 25,3 (sobrepeso) y puedo usar ropa que mantuve en el closet durante más de 10 años. Espero continuar así, seguir viendo beneficios y motivar a más personas a realizar cambios en su salud.

Jo.

Madre y doctora

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