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Las razones de por qué la educación debería ser feminista

Soy educadora, llevo 13 años ejerciendo por vocación (no hay otra forma) esta linda e importante carrera. Una de las principales razones por las que me motivé a ejercer esta profesión fue el deseo profundo de hacer de nuestra sociedad una mejor, y sentía que al trabajar con niñ@s tenía una herramienta importante en mis manos para hacer que esto sucediera.

A raíz del 8M, los días de esta semana han estado maravillosamente teñidos con temas relevantes para nosotras las mujeres, y desde la vereda de la educación yo también tengo la necesidad de hacer un manifiesto en relación al Día de la Mujer y la lucha que estamos dando juntas, la que se encuentra lejos de lo anécdotico: de las infracciones por piropos o de la falsa afirmación que odiamos a los hombres. El feminismo se trata de algo importante, para tod@s.

Afortunadamente tuve grandes profesor@s en la universidad, sin embargo fueron ellas, tres admirables profesoras, de distintas edades, las que me animaron a fomentar un aspecto de la educación que no debería depender de las creencias particulares de cada un@. La religión es una opción, podemos educar en valores desde la mirada cristiana, budista o la que fuese. Podemos optar por una educación no tradicional, por una en donde el fuerte sean las artes, la música o en dónde el norte sea formar grandes deportistas.

Sin embargo, la educación libre de sexismo debería ser ética y moralmente un deber, lamentablemente aún existen much@s a quienes la palabra feminismo les genera ruido y bajan una guardia innecesaria. La verdad respecto a la realidad es esta, la educación debe ser feminista, esta es la única manera de conseguir igualdad de derechos a nuestras futuras mujeres, es a nuestras niñas a las que les debemos el cambio, ahora. Educar en igualdad no debería depender de quién está a cargo de una sala, debería ser considerada como una herramienta más para cambiar el mundo hacia uno mejor y más sano.

A veces pueden parecer sutilezas, estamos tan acostumbrad@s que es precisamente el micromachismo el que pasamos por alto, y es justo ahí donde tenemos que cambiar el switch y empezar a deconstruirnos. En un ejemplo doméstico, como educadora procuro mandar mails con peticiones tanto a la mamá como al papá, la responsabilidad de cumplir con tareas y peticiones del jardín les corresponde a ambos. Hay que dejar de responsabilizar a las mamás cuando algo se olvida en casa, porque ese niño o niña tiene un papá y una mamá a cargo de su cuidado y crianza. (Nota aparte: profes, no deberíamos hacerl@s sentir culpables, ser padres y madres es una tarea que, mientras no exista negligencia, nadie debería juzgar).

En ninguna institución educativa pueden pedirte que dejes el feminismo fuera de la sala, debes asegurar el desarrollo sano de tus niñ@s, procurar que exploren el mundo según sus necesidades de juego y no de acuerdo a lo que el estereotipo social indica. Tenemos que apoyar y educar a padres y madres sobre la importancia que tiene, por ejemplo, que los niños jueguen a cargar bebés o a tomar una plancha de juguete para simular que están realizando tareas del hogar, estos niños serán futuros padres y tienen la necesidad de proyectarse de esta manera en su juego sociodramático, no acotemos su actividad lúdica solamente a jugar con autitos o martillos.

De la misma manera debemos dejar de pedir femeneidad a nuestras niñas a través del color rosado o vestidos de princesa, ellas pueden y quieren tener un juego enérgico en el que puedan poner a prueba sus destrezas físicas. Una amplia gama de experiencias para niños y niñas, asegura que más adelante cada un@ pueda decidir en libertad como quieren ser, sentirse libres de encontrar y formar su identidad.

Respetemos lo que nuestro@s niñ@s quieren ser y querámosl@s de esa manera, no pretendamos cambiarl@s, ese mensaje implícito en comentarios, regalos, y otras formas que van desde como vestirse hasta que deportes les permitimos hacer, es el inicio del peso que tod@s hemos sentido el algún momento por “el que dirán”.

Mis profesoras en la universidad hacían tan bien la entrada del feminismo junto al contenido de sus clases, las escuché decir: “el lenguaje crea realidad, refiéranse a sus alumn@s como “niños y niñas”, analizábamos frases como: “mi marido me ayuda con las cosas de la casa”, o me “retaban” porque aún no aprendía en ese entonces a conducir un auto. Sí chiquillas, sentirse independientes es la base para tener la fuerza de lograr todo lo que queramos.

En mis manos está el famoso futuro de Chile, en mis manos está entonces que nuestr@s próximos adultos no solo aprendan a ser más tolerantes, a ser inclusivos y respetuosos, o a terminar con el bullying, entre otras cosas.

Todo lo anterior es fundamental y el motor de mi quehacer diario, pero también anhelo y trabajo para que encuentren espacios para la igualdad de derechos, independiente de si nacieron niños o niñas. Quiero que mis niñas sean autosuficientes, que aprendan a quererse, se sacudan los estereotipos, que se desarrollen de acuerdo a lo que ellas quieran ser, que si así lo quieren puedan dedicarse al fútbol profesional o trepar árboles en lugar de jugar a las tacitas.

Quiero que mis niños puedan llorar si tienen pena, que puedan mostrarse vulnerables si así lo sienten y que puedan pedir ayuda sin que alguien les esté diciendo que son “menos hombres” por eso. Quiero que cuestionen sus derechos y ayuden a sus amigas a sentirse más cómodas en sus círculos sociales, que dejen de mirar a la mujer como un objeto o conquista.

Quiero que dejen de sentirse estresados por tener que llevar la carga económica de una familia, que puedan ser participes de la crianza de sus hij@s todo lo que quieran, sin sentir que una mujer lo puede hacer mejor. ¡Quiero tantas cosas! Falta aún pero me siento tremendamente orgullosa de todo lo que se ha logrado hasta hoy, este año en particular he visto más manifestaciones y menos personas con las ganas de decir: “Feliz día, eres bella como una rosa”.

Una de las cosas más importantes de dejar el machismo y su patriarcado de lado, es que el machismo es una escalada que termina en muerte, y con el dolor de mi alma, no solo mata a mujeres, sino niñas. Llevamos 7 femicidios a la fecha y hace 13 años, una menor fue lanzada desde un balcón solo por consecuencia del odio de un padre hacia su pareja.

Para quienes están lejos del rubro, les cuento que MINEDUC está en sintonía, hoy existe una comisión por una educación con equidad de género que propone avanzar hacia una educación de calidad que garantice igualdad de aprendizaje para niños y niñas, más oportunidades para el desarrollo según intereses y motivaciones, y un cambio cultural de tolerancia cero a cualquier forma de abuso y violencia.

El feminismo es la herramienta para una sociedad libre de prejuicios, el hombre no es un bruto incapaz de entender, y la mujer  no es una hipersensible y hormonal incapaz de ser práctica o tomar decisiones importantes. ¿Somos diferentes? ¡por supuesto que sí!, pero deberíamos ser iguales ante los derechos y las oportunidades porque sencillamente la libertad no tiene género.

#EducaciónLibreDeSexismo

M. Fernanda Aguirre Carrasco

@laamigaeducadora

laamigaeducadora.blog

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