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Manos de nuestros hijos: una puerta abierta a la exploración

Hijos

Manos de nuestros hijos: una puerta abierta a la exploración

Nuestras manos son una herramienta perfecta para nuestra exploración y desarrollo, tienen movimientos especializados para cada actividad, los que se van desarrollando y perfeccionando desde que somos recién nacidos.

La mano tiene dos funciones principales: la prensión (movimiento) y el tacto (sentido), las que nos permiten transformar ideas en formas (Ej. Escultores), comunicarnos (Ej. Personas sordomudas); estas funciones están compuestas por otras como la función manipulativa, receptora, de apoyo o percusión, y fundamentales para el desarrollo de las Actividades de la Vida Diaria (AVD).

¿Qué es la Motricidad Fina?

Tiene directa relación con la habilidad motriz de las manos y los dedos, dentro de esta habilidad encontramos las prensiones y pinzas, en otras palabras, es la función motora que nos permite coger objetos, jugar con ellos, crear lenguaje, transformar ideas en formas, entre otros.

La actividad motriz les permitirá a nuestros hijos desarrollar diferentes actividades como:

Coger, examinar, desmigar (el pan por ejemplo), lanzar objetos, recortar, vestirse, desvestirse, comer, asearse, trabajos con arcillas, pintar (hacer trazos, dibujar, escribir), tocar instrumentos musicales, trabajos con herramientas (soltar, apretar, desarmar, coser, hacer bolitas, etc.), juegos (polcas/canicas, imitar, encajes, desencajes, etc.), entre muchas otras actividades, pensemos tan solo en todo lo que podemos hacer con nuestras manos, y entenderemos la importancia de esta habilidad.

La actividad manipulativa comienza desde que nuestros hijos nacen; al comienzo los niños agarran con toda la mano, luego el pulgar comienza con su función opositora frente a los cuatro dedos, y así avanzando hasta conseguir la prensión fina. Cuando el pulgar logra la oposición con todos los dedos, significa que queda poco para una pinza digital firme.

Estimulación de la Motricidad Fina

0 a 3 meses

En este periodo prima la “actuación refleja”, por lo que nuestro trabajo como padres para lograr la estimulación es activar dicha función, ¿cómo? Cuando nuestro bebé tiene las manos cerradas podemos acariciar suavemente el dorso de la mano desde los nudillos hacia la muñeca, asó lograremos que la manito se suelte y se abra.

Algunos movimientos que nuestros peques pueden hacer en este periodo son:

–               Mantener la mano cerrada con sus dedos flexionados.

–               Reflejo palmar, cuando aprieta las manos al tocar un objeto.

–               Incluso es capaz de sostener su cuerpo cuando se agarra a los pulgares de un adulto.

3 a 6 meses

La prensión ahora deja de ser un acto reflejo, y comienza a ser autodirigida, es capaz de:

–               Agarrar objetos que son de su interés.

–               Tirar objetos.

–               Comienzo de la pinza digital, oposición del pulgar con el índice.

–               Su atención visual se va a sus manos, si colocamos un objeto de su interés a la altura de sus ojos, irá por el con sus manos.

Nosotros como sus padres podemos estimular:

–               Darle objetos o juguetes para que los agarre y los suelte.

–               Objetos pequeños pero inofensivos, como migas de pan o trozos de fruta (estar pendiente si se lo mete a la boca y si tiene autorización del pediatra para el consumo de los alimentos).

–               Los juguetes que son fáciles de tomar con las manos, de mango largo y colores llamativos, con diferentes texturas, que emitan algún sonido. Como hemos dicho en otros post,  en este periodo comienzan las primeras interacciones causa efecto que tienen nuestros hijos.

6 a 9 meses

La estimulación va con el interés de nuestros niños, intereses que no tenemos que dejar de lado, consideremos los objetos cotidianos, que siempre son llamativos para nuestros niños, como los cubiertos, platos (que no se quiebren), cepillos, peines, etc.

–               Nuestro hijo comienza a utilizar la pinza digital, oposición de los dedos.

–               Coge uvas con las manos, e intenta desgranar.

–               Cogen dos cubos, uno con cada mano.

–               Pasan páginas de un libro.

–               Podemos estimularlo a aplaudir.

9 a 12 meses

Cuando nuestro hijo aprende a coger y soltar los objetos por si solo, y ya no depende del reflejo de prensión palmar, el lanzar y soltar los objetos es algo divertido. Este movimiento, que en esta etapa nos parece solo diversión, se irá perfeccionando hasta transformarse en el lanzamiento contralateral, el que le permitirá poder practicar deportes el día de mañana.

Los movimientos de manipulación se activan al:

–               Entregarle objetos con los que pueda jugar, explorar, coger, soltar y lanzar.

–               Juguetes que requieran activación manual, como donde hay que apretar algún botón para que haga algún sonido,    o jalar una palanca para que haga alguna función.

–               Colocar objetos en diferentes recipientes.

–               Aplaudir sigue siendo excelente.

12 a 18 meses

El niño de un año comienza a formar prensiones que se asemejan más a las de los adultos. La prensión digital es más hábil y precisa. Nuestros hijos ya manejan los cubos con mayor seguridad, comienza a interesarse por la construcción y ensamble de piezas. Podemos colaborar:

–               Colocarle objetos para que el pueda manipular, suelte, cambie de posición o deje en algún lugar determinado.

–               Juguetes a los que pueda investigar, quitar y poner, cambiar de forma, ajustar, crear figuras y formas (Ej. Plastilinas y masitas).

–               Los libros son de su interés, aunque en ocasiones pasar de hoja sea algo difícil.

–               Todas las actividades que mencionamos en los meses anteriores las sigue haciendo, solo que con mayor precisión.

–               Rollitos de madera, donde enrosque y desenrosque.

18 a 24 meses

El dominio de la cuchara progresa, ya puede tomar un vaso con ambas manos y tomar agua. A los 18 y a los 24 meses, probablemente ya lo haga con una.

La construcción de torres la maneja a la perfección.  A los 24 meses nuestros hijos son capaces de hacer torres dos veces más altas que a los 18.

Actividades:

–               Los materiales moldeables, como masitas y plastilinas, son perfectas.

–               Hacer bolitas de papel, con diferentes tipos de papel y de diferentes tamaños.

–               Encajar piezas en tamaños más pequeños.

–               Jugar con pinturas y los dedos.

 

 

2 a 3 años

Nuestros niños ya son capaces de:

–               Construir torres de ocho cubos o más.

–               Pasar páginas una por una.

–               Doblar un papel por la mitad.

–               Destornillar y atornillar.

–               Hacer bolas con arcilla.

–               Armar y desarmar juguetes.

–               Tomar el lápiz entre el  pulgar y el índice apoyado con el dedo medio.

–               Hacer trazos con lápices, podemos colaborar utilizando lápices más gruesos.

3 a 5 años

Actividades que nuestro hijo ya es capaz de realizar:

–               Pintar dibujos con lápiz, pinturas, etc.

–               Copiar un circulo.

–               Comienza a practicar haciendo letras y números.

–               Comienza con el uso de tijeras, hay unas especiales para pequeños.

–               Cuando maneja objetos es más preciso el agarre con los dedos.

–               Comienza la escritura de letras en mayúscula, palabras (su nombre) y números (a los cuatro años).

Más cercano a los cinco años:

–               Colorea dentro de las líneas.

–               Copia palabras y números.

–               Dibuja personas.

–               Maneja los cubiertos con naturalidad.

–               Tiene gran movilidad y precisión con la pinza digital.

Algunos ejercicios para estimular:

–               Amasar.

–               Pintar con bloque, pintura, lápiz, etc.

–               Subir y bajar cierres.

–               Cortar papeles con los dedos.

–               Enrollar cordones en un lápiz.

–               Abrochar y desabrochar botones.

–               Envolver porotos en papel.

–               Tapar frascos (tapa rosca).

–               Hacer lulos con masitas y cortarlos con tijera.

–               Cortar con tijera líneas rectas sobre un papel.

–               Realizar nudos a cordones.

–               Manejar herramientas de carpintería (los de niños).

–               Tocar instrumentos musicales, entre otros.

Es importante recordar que todos los niños son diferentes, y que cada uno tiene sus tiempos en el aprendizaje y el desarrollo de las diversas funciones, todo lo que se indica en esta publicación, así como en otras más antiguas que hablan de los hitos del desarrollo por ejemplo, son en base a una media. Si tu hijo realiza alguna de estas actividades un poco antes o un poco después, no es, necesariamente, por una patología o defecto en el desarrollo de las habilidades.

Javiera Carrasco Zapata. Terapeuta Ocupacional – Artista Kukui Chile

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