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Mitos sobre el sueño infantil

Por Daniela Aracena

Hoy en día es común ver en redes sociales diversas cuentas enfocadas en el sueño infantil. Abundan los consejos y tips sobre cómo “enseñar” a dormir mejor a los bebés y varios “deberías”, que lamentablemente están lejos de lo que los estudios científicos han demostrado.

Esto suele generar mucha confusión, angustia y frustración en las familias, ya que sienten que lo están haciendo mal o que su bebé tiene un problema que deben solucionar pagando un carísimo entrenamiento de sueño. Es por esto que a continuación derribaremos algunos de los principales mitos en torno al sueño infantil.

Mito: “Desde los 6 meses un bebé sano debería dormir entre 10 y 12 horas de tirón por las noches”.

Un estudio reciente de Paavonen y colaboradores encontró que casi todos los bebés sobre los 6 meses de edad tienen de 1 a 3 despertares por noche, mientras que sólo una minoría dormía de tirón. Se concluyó que los despertares nocturnos son una característica normal y que esto no se asocia a consecuencias adversas en el desarrollo del bebé.

Mito: “Los despertares nocturnos en bebés sobre 6 meses de edad causan apego inseguro”.

Autores clásicos sobre el apego como lo es Mary Ainsworth, han señalado que la seguridad o inseguridad del vínculo de apego tiene que ver con la respuesta sistemática que entregan los cuidadores en momentos de estrés del bebé. Por tanto, el hecho de despertar en sí mismo no puede causar un apego inseguro. Más bien, son los métodos de entrenamiento como el “crying out” los que podrían afectar el vínculo de apego al promover que los padres ignoren el llanto del bebé.

Mito: “Si tu bebé duerme en movimiento (por ejemplo, siendo porteado o en un cochecito) no llegará a la fase de sueño profundo, y en consecuencia, tendrá un sueño chatarra”.

No existe evidencia científica consistente que valide esta afirmación. De hecho, se ha encontrado lo opuesto. Hay varios estudios que han demostrado que el bebé duerme mejor mientras se mece o se balancea ligeramente. Se hipotetiza que el movimiento imita el suave balanceo que sintieron mientras estaban en el útero de la madre, lo que les genera calma y seguridad. Siguiendo con las investigaciones, incluso se han realizado estudios sobre sueño y movimiento en adultos. Shibagaki y su equipo diseñaron un aparato que imitaba el movimiento de balanceo que hace una madre a su bebé. Por medio de un análisis de electroencefalograma, descubrieron que este movimiento promovía el sueño profundo en los adultos.

Mito: “Para que tu bebé duerma de tirón debes destetarlo”.

Destetar no asegura que los despertares disminuyan. Es más, la leche materna contiene triptófano que es un aminoácido que regula y facilita el sueño del bebé. Asimismo, un estudio de Brown y Harriest encontró que los bebés alimentados con leche materna no despiertan más veces que los bebés alimentados con leche de fórmula.

Como pueden ver, aún hay mucha desinformación respecto al sueño infantil. Claramente es un área de interés porque es muy difícil compatibilizar nuestras necesidades de descanso con las de un bebé, lo que genera dificultades y nos lleva a buscar cualquier herramienta que permita dormir más. Si bien varios especialistas les dirán una y otra vez que el sueño es evolutivo, no se desanimen. Siempre existirán estrategias y opciones respetuosas con el desarrollo del bebé que pueden facilitar el descanso tan deseado. Lo importante es que cuenten con información actualizada para hacer frente a todo lo que se ofrece en redes sociales. La información empodera.


Daniela Aracena es psicóloga y magíster en psicología de la Universidad de La Serena. Se ha especializado en primera infancia y en sueño infantil desde un enfoque centrado en el apego y los vínculos tempranos. La encuentras en Instagram como @psicoarrullo

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