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Niños y pantallas electrónicas: ¿Por qué los expertos recomiendan no exponerlos hasta al menos los 2 años?

Televisores, smartphones y tablets, son para muchos padres la herramienta perfecta para mantener a sus hijos entretenidos por un rato y así poder avanzar en labores del hogar o lograr que coman. Sin embargo, pocos tienen consciencia del daño que esto puede provocar en el desarrollo de los niños. 

Según Patricio Guerra, Especialista en Neurología Pediátrica de la Universidad de Chile, asegura que sí hay efectos negativos en la exposición prolongada a pantallas electrónicas en los niños.

“Hay un gran cúmulo de evidencia del impacto de los medios electrónicos, primero la TV, después los video-juegos y ahora el acceso libre a internet y uso de celulares y redes sociales, que nos confirman como estos impactan en la conducta, lenguaje y aprendizaje, consumismo, autoimagen y sexualidad en los niños y adolescentes”, explica Guerra.

Tal es el impacto que “la exposición temprana a pantallas electrónicas interfiere con la formación del cerebro en niños pequeños. Estudios publicados en Journal of Pediatrics del 2007 revelan que por cada hora diaria en que los lactantes entre 8 y 16 meses, ven videos de contenidos ‘educativos’, comprendían 6-8 palabras menos que aquellos que no eran expuestos a ellos” comenta el neurólogo. Y asegura que mientras más temprana es la edad en que se ve dibujos animados, menos es el desarrollo cognitivo en el niño.

“Esto ha llevado a que la Academia Americana de Pediatría solicitara a sus miembros que aconsejaran a los padres de los niños que acuden a sus consultas, que desaconsejaran todo uso de pantallas electrónicas en menores de 2 años de edad, situación que en Francia se extiende hasta los 3 años de vida” enfatiza el especialista.

Patricio comenta que la influencia de pantallas sobre el aprendizaje también se ha demostrado en relación al uso de TV y video-juegos (Swing, Pediatrics 2010), confirmando que “la exposición de dos o más horas al día a estos, se relaciona a un gran riesgo de presentar problemas de concentración, lo cual puede dar cuenta del por qué ha aumentado tanto el diagnóstico de déficit atencional en nuestros escolares. Lo mismo ha relacionado el uso de videojuegos violentos con un comportamiento más agresivo y una disminución de la empatía, adoptando los niños un rol no sólo de observador, transformándose en el protagonista de la violencia, siendo el destruir al otro el refuerzo positivo, situación que puede proyectarse a la vida real”.

Ya en 1963, Albert Bandura demostró que si se hacían filmaciones de adultos golpeando muñecos en una habitación, y eran vistas en la televisión por niños de entre 3 y 4 años de edad, estos al hacerlos entrar a la misma habitación, imitaban la conducta vista en las pantallas y golpeaban intensamente a los mismos muñecos, en vez de la conducta habitual de jugar con ellos (Teoría Cognitivo Social de Bandura).

Efectos de las pantallas en el mal dormir y relación familiar

Estudios como los publicados en Archives of Pediatrics of Adolescent Medicine el 2005 revelan que los niños que tienen televisión en el dormitorio, presentan peores notas en el colegio y en test de comprensión de lectura, que los niños que no contaban con acceso a la televisión desde sus habitaciones.

Por otra parte, estudios publicados en Nature, 2013, dan cuenta que la exposición de los niños a pantallas durante la tarde-noche se relaciona a mayor tasa de insomnio y menos horas de sueño nocturno, por supresión de la producción de melatonina endógena.

Por otra parte, el estar constantemente con la televisión encendida o mirando el celular, en general ha dado pie para menos interacción entre el núcleo familiar, ya que la atención no está dirigida en la conversación.

El doctor Guerra dice que no hay que olvidar que, “además que el niño está inmerso en un medio familiar y social que va modelando sus capacidades y conductas, por lo que hay que tener en cuenta que por cada hora de TV que los padres comparten con sus hijos, se hablan 770 palabras menos entre ellos comparados a estar juntos sin pantallas, siendo la conversación un estímulo directo en el desarrollo intelectual de los niños y en los lazos afectivos con su familia, recordando además la gran evidencia de que a mayor cantidad de horas de TV, hay una menor comprensión de lectura en escolares”, advierte.

Y agrega que, “esto no sólo en relación a la TV, la posibilidad de tener una pequeña pantalla que nos conecta con una ventana a cada rincón del mundo a través de internet, nos ha alejado de nuestros hijos, en el estudio del ‘Tren Digital UC’ de 2015, donde se observarn a 148 duplas de padres con niños de entre 1-13 años en plazas y patios de comidas, los padres presentan un nivel alto o medio de ‘absorción’ en el teléfono celular, siendo su atención sobre el entorno y su hijos, casi nula”.

No todo es negativo

Sin embargo para el doctor Guerra hay algunas salvaciones sobre la exposición de los niños al contenido emitido a través de pantallas electrónicas.

“Se ha demostrado, por ejemplo, que los niños preescolares que ven Plaza Sésamo aumentan su comprensión de lectura y pensamiento matemático. En programas de intervención familiar de niños de tres a cinco años, seguidas por un año, en que se educaba a la familia con un cambio en la programación de la televisión, promoviendo valores como la caridad y la tolerancia, además de la capacidad de resolver problemas, a los seis meses se observaba que los niños mejoraban notablemente sus conductas y habilidades sociales”, explica el especialista.

El neurólogo infantil asegura que es fundamental la educación de los niños y la responsabilidad de los padres. “Todo esto ha llevado al diseño de políticas nacionales, como en Canadá, en que la ‘Educación en Medios’, es parte del currículum preescolar y escolar hasta el fin de educación secundaria”, finaliza el experto.

 

Equipo Supermadre

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