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Nuevos desafíos en el aula

Por Nathalie Pino

Tras dos años de clases online, a la vista de los diagnósticos realizados en cuanto a lo académico, social y conductual, nuestra escolarización ha develado un retroceso que no todos tienen las mismas oportunidades para superar en los distintos establecimientos educacionales de nuestro país. Si bien los aprendizajes esperados para cada nivel se encuentran descendidos, no es lo más difícil de superar.

Principales desafíos

Los grandes desafíos se encuentran relacionados a la falta de cohesión y adhesión a los proyectos educativos, falta de liderazgos dentro de las escuelas, dificultad para comprender y acompañar las diferencias y la ausencia del control central a las prácticas educativas. Todo esto enmarcado en una sociedad que corre a diario y que no se compromete a ser actor preponderante en la educación de sus hijos.

Estudiantes necesitados de atención, guía y orientación para lograr los aprendizajes que se les proponen, desencantados de los métodos que se utilizan en el aula e inmersos en distractores que, sin lugar a dudas, no están aportando a la hora de buscar mejoras en los logros académicos.

Dentro de los desafíos que recaen exclusivamente en los equipos de cada establecimiento, es necesario que quienes los componen adhieran al proyecto y trabajen con ahínco para lograr cada uno de los objetivos. No es suficiente que solo un pequeño grupo busque trabajar en equipo, compartir experiencias, mejorar prácticas, mientras los demás no se involucran de lleno en este propósito.

Es importante que se le de la importancia adecuada a cada asignatura, no subvalorar aquellas que poseen menos horas lectivas y generar actividades que vayan en concordancia con lo mínimo que solicita el ministerio. Se requiere control dentro de los establecimientos para procurar que esto sea así, además del acompañamiento y guía de las provinciales de educación que no solo se queden con lo escrito en un papel, sino que revisen las prácticas de los equipos de formación.

Compromiso familiar

Lograr el compromiso familiar para que los estudiantes puedan mantener relaciones interpersonales adecuadas dentro de la escuela, cumplan con las solicitudes de sus profesores, comprendiendo que es necesario que cada uno contribuya para mejorar el ambiente escolar y disposición al estudio. La influencia que ejerce la familia se manifiesta en el actuar de los estudiantes en el día a día y nos da a conocer la importancia que le atribuimos a la labor de la escuela en el desarrollo de nuestros hijos.

Otro de los grandes desafíos tiene que ver con el exceso del uso de aparatos tecnológicos, smartphone y tablet que los estudiantes están portando en las escuelas desde muy pequeños. Una situación que empeora las habilidades sociales dentro y fuera del aula y que los equipos de formación y familias aún no abordan. ¿Es necesario que los estudiantes porten a diario estos artículos? ¿Son indispensables para su formación escolar? Se requiere un análisis de esta problemática y cómo esto afecta el ambiente en el que se llevan a cabo las experiencias escolares.

Sin duda, tenemos un desafío como sociedad, un desafío que debemos asumir en conjunto y con el solo objeto de que la educación sea protagonista y nuestra prioridad para tener un futuro más prometedor.


Nathalie Melissa Pino Cisterna es madre y profesora de Educación Básica. Su relación con la infancia se relaciona con su formación y experiencia laboral, además de su búsqueda constante de guías para transitar hacia una maternidad respetuosa.

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