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Así fue cómo mi segundo hijo me reconcilió con la maternidad

Soy madre de dos niños maravillosos, Facundo de cuatro  y Clemente de un año, a los dos los adoro por igual, pero cada experiencia ha resultado ser el cielo y la tierra.

Para ser sincera, cuando nació mi primer hijo, mi vida dio un giro que la verdad no esperaba, se convirtieron en meses muy intensos. A pesar de lo maravilloso, el primer año de vida de él, fue el año más difícil de mí vida. Es increíble como un sentimiento tan lindo y puro, puede conllevar tantas cosas difíciles.

Además del cambio radical que significa en la vida de una mujer traer un hijo al mundo, sumado a la falta de sueño y las dificultades de los primeros días, hay que aguantar a las malditas hormonas que se apoderan de tu cuerpo y alma, y no te dejan disfrutar de este momento libremente. Hay algo que te hace llorar de angustia frente  a esta persona indefensa, y lo peor es que ni tu misma entiendes lo que pasa.

Somos muchas las madres primerizas que nos hemos sentido que estamos en un especie de submundo, donde la realidad es un concepto que no podrías definir con claridad, donde te sientes lenta y torpe. A ratos parece un sueño extraño, del que no puedes despertar. Todo te complica y te da miedo, desde que no te sale la leche suficiente, hasta que alguien lo tome en brazos porque se le puede caer. Y da terror pensar en que este ser indefenso se pueda llegar a enfermar.

A ratos creo que tuve depresión post parto y nunca me lo traté. Pero cuando he conversado con mis amigas, hermanas y mujeres más cercanas, me he dado cuenta que la mayoría pasó por lo mismo que yo, lo que me hace sentir bastante mejor.

Segundo hijo

Cuando me quedé embarazada de mi segundo hijo, tenía pánico que me volviese a pasar lo mismo, por lo que me concentré en dos puntos: Uno, que las hormonas no me ganarían y dos, que prolongaría la lactancia. Con Facundo di pecho solo tres meses, porque según yo, no tenía leche. Otro mito que inventamos las mujeres, por desconocimiento, depresión o cualquier otro motivo.

¡Me fue bastante bien! Respecto al punto uno, existieron minutos en que pensé que volvería a caer en la angustia y depresión. Pero me fortalecí mentalmente, cuando me sentía mal, pensaba en que eran las hormonas, que no era yo, y que pronto me nivelaría y estaría bien. Y fue así como logré disfrutar de mi segunda guagua.

Eso sí, existen otros factores que ayudan con el segundo, como por ejemplo que tu mente también está ocupada en atender a tu primer hijo, por lo que no hay cabida para estar angustiada, y también porque ya viviste por primera vez el proceso y se hace más “familiar” cuando pasas por todo de nuevo.

Respecto a la lactancia, me fue increíble, de echo sigo dándole y ya tiene más de un año. Pero no fue fácil, también tuve que luchar con momentos de debilidad. ¡Es que nadie te dice lo difícil y demandante que puede resultar para algunas dar pecho! Sin embargo después de los primeros tres meses, la cosa mejora y empieza a fluir.

De todas formas quiero dejarles claro que mi intención no es asustarlas. Porque así como habemos mujeres que se nos hace un poco más complicado esto de la maternidad, hay otras mujeres que no les pasa absolutamente nada. Sólo disfrutan de este proceso y dan pecho con tanta soltura, que te hacen sentir como una madre desnaturalizada.

Sin embargo, me vi en la necesidad de compartir mi experiencia, para contarle a todas esas madres que hoy se sienten angustiadas, que descubrí que todas las dificultades que nos impiden disfrutar de la maternidad están en nuestra cabeza.

Es por esto que si estás próxima a tener una guagua, relájate y disfruta. Y cuando veas que todo el panorama se pone negro, ten la certeza que solo es una etapa que se va a terminar. Y sentirás que finalmente todo valió la pena, porque sin duda los hijos son lo que más querrás en la vida, las únicas personitas que logran hacerte llorar de felicidad con cada nueva cosa que hacen. Te llenan la vida, el alma y el corazón. Ser madre es realmente increíble, y con el segundo te aseguro que disfrutarás aún más la maternidad.

Por: Trinidad Vergara. Periodista y madre de dos hijos.

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