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[Opinión] ¡¿Cómo se te ocurre tener dos hijos tan seguido?!

Desarma el arbolito de Navidad una y otra vez, sube las escaleras peligrando caer, se escapa al patio para jugar con agua. Sí, está en su momento más inquieto. Mi hijo Santiago cumplirá un año y medio y está lleno de energía.

Mientras tanto, yo lo persigo por toda la casa con una tremenda panza de ocho meses. Su hermano León nacerá la última semana de enero.

Cuando informé a mis amigos que estaba embarazada nuevamente, sus caras se desfiguraron. Muchos me dijeron que cómo se me ocurría arriesgarme así, que no esperar casi nada para tener otra guagua era prácticamente una locura.

Santi tenía once meses cuando me enteré que sería mamá de nuevo, pero para mí y mi marido no fue sorpresa. Lo estábamos buscando, hace meses que ya no nos cuidábamos. Y es que nos costó tanto embarazarnos por primera vez, que pensamos que para el segundo ocurriría lo mismo…pero no, salió rapidito y bueno, nosotros felices. “Mejor, criamos ahora y terminamos la pega”.

La verdad es que la gente se preocupa en demasía por cosas que ni siquiera le importan. Soy yo la que dejará de dormir de nuevo, que tendrá que dar pecho a libre demanda y que se dividirá entre dos, tratando de no dejar de lado al mayor y darle todo lo necesario al menor.

Sería bueno que la gente que te quiere te diera ánimo ante tal noticia. Que te la podrás; que es bonito que los hermanos sean seguidos porque serán amigos. Pero no, te dicen que es terrible el primer tiempo, y que casi morirías de cansancio y sueño.

La verdad es que tengo 33 años y con mi primer hijo me he descubierto. Claro, me levanto muy temprano, me arreglo…me pincho porque tengo diabetes gestacional, levanto al pequeño, lo dejo en la sala cuna, vuelo al diario donde trabajo, después en la tarde lo voy a buscar, llegamos a casa en Colina y me pongo a hacer las cosas de la casa, como cocinar, ordenar, darle la comida y bañar a Santi, pincharme de nuevo…y así…hasta ahora que estoy de prenatal.

Nadie dijo que sería fácil, pero mi cuerpo me ha enseñado que a pesar de que esté muy cansada, soy capaz de sacar energía de no sé dónde, para hacer las cosas con amor y feliz por mi crío. Y ¿por qué con León tendría que ser distinto? El amor no se divide, se multiplica…y te llena de fuerza todos los días.

Por: Angie Baeza, madre y periodista.

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