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Quiero un hijo feminista, pero el mundo lo hace difícil

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Quiero un hijo feminista, pero el mundo lo hace difícil

Desde que empezó esta revolución de las mujeres (ya sé que viene hace un montón de tiempo, hasta siglos, pero estos últimos años ha pegado más fuerte), me propuse que, de tener una niñita, la criaría para que fuera empoderada, valiente, independiente, todas las cosas que una sueña para las niñas de futuro sin patriarcado. Empecé a mirar ropa más allá del rosado, con figuras femeninas poderosas, cuentos que empoderen y bueno, todo lo que tenemos a mano para enseñarles a las niñas que el mundo también nos pertenece.

Pero el destino quiso otra cosa y en vez de una niña, me dio un niño; con el papá teníamos nombre y forma de crianza para niña, pero no teníamos idea de qué hacer con un niño. Así que la misión fue educarnos en cómo criar a un niño en esta sociedad machista y una creería que es más fácil porque, efectivamente son los que tienen más privilegios y todas las cosas por las que peleamos las mujeres, así que darle una visión igualitaria entre hombres y mujeres, enseñarle a respetar los espacios de los demás, no es no, etc., no debería ser tan difícil. Queremos criarlo con todo eso que una desearía que los padres de otra generación le hubiera enseñado a los hijos y que no hicieron. Como esa frase “todos enseñamos a las niñas cómo cuidarse para que no las violen, pero nadie le enseña a los hombres a no violar”. Me pegó tan duro esa frase, que me la tomé a pecho: mi hijo aprenderá límites y respetará a las personas que lo rodeen.

Todo bien hasta ahí… pero desde el embarazo las cosas son difíciles para una. Si la guagua patea mucho y es varón, va a ser futbolista, seguro. Haces un baby shower y toda la ropa es azul, gris o café… ¿han visto colores más fomes para vestir a una guagua, que el GRIS y el CAFÉ? Hay cosas más locas con verdes y amarillos, pero siguen siendo colores repetitivos. Para qué hablar de los diseños: dinosaurios, automóviles y perros. No tengo nada en contra de los perros, pero esta familia es de gatos y TODA la ropa con diseños gatunos está pensada para las niñas. Acá somos bien deconstruidos y le compramos ropa de la sección de niña igual al hijo, pero hay cosas TAN rosadas, llenas de glitter y vuelos, que ni yo me pondría… y bueno, porque también la gente no entiende. Como cuando trataban de niña a mi hijo por usar el pelo largo, a mi me daba risa pensar que estaba vestido con esos colores horribles de oficina, con un dinosaurio gigante en la polera, pero le decían niña porque tenía el pelo largo. Nunca los corregí y les pedía que por favor no se disculparan cuando se daban cuenta de que era niño, porque no era una ofensa confundirlo. Era mi instancia para educar. Igual tuve que cortarle su pelo hermoso, pero fue por razones prácticas: él tenía mucho calor y su pelo lo incomodaba, no me dejaba peinarlo y, tras mucho pensarlo, no porque yo quiera ser feminista revolucionaria él iba a estar incómodo.

El tema de las cosas que comprar se fue agudizando con el pasar del tiempo; la ropa de bebé quizás tiene dinosaurios y cosas así, pero son tiernas, adecuadas para su edad. Empezó a usar talla 3 y me encontré con que TODA LA ROPA es como para vestir mini adolescentes, de nuevo con estos colores espantosos de fomes y, lo que más me carga: los dibujos. Tiburones, dinosaurios, autos, pelotas de fútbol, los súper héroes… y ya no tiburones tiernos, son tiburones agresivos, con estos dientes enormes que, sinceramente, no quiero que mi hijo use. Y ya, una puede ponerle UNA polera de tirburón surfista, pero ¿en serio no hay nada más que puedan usar los niños? ¿No puede haber gatos, unicornios, ilustraciones que den menos miedo en su ropa? Y quizás la ropa es maña mía no más, por que me da rabia que la única alternativa para que mi niñito siga siendo niñito es usar al ratón Mickey o ropas tan caras que tengo que comprar una cada dos meses porque nadie puede vivir con esos presupuestos; lo que me pone realmente mal, son los juguetes.

Obviemos estas líneas de juguetes de madera Montessori, Waldorf o Pikler, me refiero a lo que uno encuentra cuando va al supermercado, a las jugueterías, etc. A mi hijo le encantan los helicópteros (por que, más encima, es lo más heteronormado del planeta) y le buscamos mucho tiempo un helicóptero de juguete que cumpliera su expectativa y también las nuestras; pero todo lo que hay relacionado a vehículos de ese estilo, es de rescate. Helicópteros militares, o de policías o de bomberos, lo mismo con las grúas y ese tipo de juguetes… muchos de los juguetes que hay para niños, son de guerra. Busqué un símil de Barbie, porque, de nuevo, por muy deconstruidos que seamos nosotros, seguimos viviendo en esta sociedad machista, y le compramos el helicóptero de Barbie porque es grande, simple y no tiene nada relacionado con la guerra y, para subirle algún monito, miré qué opciones tenía, que no fueran Barbie o Ken. De nuevo; robots, dinosaurios, G.I Joe, He-man… sólo monos agresivos. Y me pregunté: ¿no hay un juguete para los niños que se parezca a Barbie? ¿Una figura humana adulta que tenga muchas profesiones y ninguna involucre conflictos? Yo al menos no encontré ninguna. Si alguien conoce una, por favor, recomiéndela.

Por favor, dígante qué helicóptero hecho para niños (que no sea bélico) podría aguantar esa cantidad de juguetes adentro.

Hace poco en un estacionamiento, había un niño sentado en un auto apuntándonos con un rifle. Era de juguete, pero de nuevo me dio rabia pensar en esos padres que normalizan que para los varoncitos, es válido comprar ese tipo de juguetes agresivos. Todos los días me da rabia pensar en lo difícil que es enseñarle a valorar sus propios sentimientos, si alrededor todavía hay gente que le dice “llorones” a sus hijos. O que los niños no lloran. O que son niñitas por verse débiles. Prendo la tele y, mientras los programas que están pensados para las niñas (como pequeño Pony), hablan sobre la importancia de la amistad, los programas “masculinos” son sobre construir, rescatar y salvar al mundo. Es malo para las niñas porque siguen siendo tratadas como princesitas, es malo para los niños porque toda su narrativa es esa, ser útil, hacer cosas buenas, rescatar… me carga. También rabeo cuando la gente pregunta cómo lo prepararemos para “la vida real” si nuestra filosofía de crianza y educación es tan lejana a lo que es considerada “normal”. Pero eso da para otro post.

Supongo que seguiré rabeando por mucho tiempo con las cosas que le ofrece el mercado a mi hijo y al resto de los niños del mundo. Pero prometo que también seguiré buscando alternativas para que, al menos mi niñito, crezca con referentes masculinos sin músculos y habilidades físicas difíciles de adquirir, sin ropa gris llena de cosas agresivas, sin juguetes bélicos y conociendo los límites de las personas. También los de él. No me la vas a ganar en esta batalla, patriarcado.

Gabriela Carreño

Guionista y mamá de un niño.

Foto de Casa creado por freepik – www.freepik.es

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