Nuestros hijos están en continuo cambio y desarrollo, van adquiriendo nuevas habilidades y nuevos conceptos del mundo que los rodea.
En la etapa de la apubertad, sus intereses van cambiando: lo que les entretiene va a tomar matices diferentes y van a aparecer nuevos pasatiempos.
El grupo de pares, y lo que está fuera de casa, cobra suma importancia en la valoración que hacen de la vida y, fundamentalmente, se van constituyendo desde la mirada del par y su validación. Por lo tanto, si queremos tener una mejor comunnicación con nuestros hijos, debemos conocer el mundo que valida y saber cuál es el grupo al que adhiere y conocer a sus amigos. De esta manera podemos brindar instancias de compartir con los amigos en casa, dándonos la posibilidad como adultos de dar una valorción positiva al grupo al cual frecuentan o el poder ir guiando en casos contrarios. Es una posibilidad que genera confianza y nos da herramientas para apoyar.
La vida agitada, los medios de comunicación, los computadores portatiles, la tecnología en general: nos acerca de quienes están lejos, mas nos alejan de quienes están cerca. Podemos usar la tecnología al servicio de nosotros o dejar que domine y se imponga en nuestras relaciones e impere sobre éstas que se desenvuelven en un espacio real de interacción familiar y adecuada comunicación.
Debemos predicar con el ejemplo e instaurar momentos de comunicación y de entrega familiar en donde factores externos no aparezcan para mantener vinculos adecuados y cultivar vinculos de respeto y confianza entre los miembros.
Nunca es tarde para reparar dificultades que hayamos tenido, de carácter vincular con nuestros hijos e hijas. Podemos comenzar teniendo una interacción más cercana y conversando sobre los errores cometidos para que no vuelvan a afectarnos.
Los padres debemos actuar como guías, una relación basada en la autoridad sin un fundamento de respeto mutuo no podría tener un buen fin. Nuestro propósito es influir positivamente en la vida de nuestros adolescentes y fundamentalmente sobre sus decisiones futuras: esas que determinan su vida; si queremos tener influencia en ellos, para que consideren nuestros puntos de vista y podamos protegerlos, debemos actuar como guias y acompañar en la busqueda, sin juzgar y siendo verdaderos en nuentra entrega.
Con el fin de brindar un mejor apoyo, escuchar a neustros hijos, conocer sus nuevos intereses e impregnarnos de sus sueños para ayudarlos a cumplir los nuevos desafíos, debemos trabajar como equipo: todas las instancias que acompañamos a los niños diariamente, partiendo por el colegio-casa. Al mantener una comunicación fluida, al confiar los padres en la labor del colegio se da paso a que los niños también se muestren en el colegio y cercanos con sus profesores, de esta manera podremos influir positivamente en sus vidas y ser un recuerdo imborrable de nuevas experiencias donde se sientan acogidos y aprendan a desenvolverse de maera sana y acorde a sus metas.
Varinia Signorelli C.