Si eres madre, sabes que las oportunidades de descansar, tanto física como emocionalmente, son pocas. Por eso, es importante que tengas momentos para reencontrarte contigo y lo que te gusta, y atender tus propias necesidades individuales. Acá te contamos por qué tomarte unas “vacaciones de mamá”.
Hacer un viaje sola no es egoísta, no es que no quieras maternar o estar con tus hij@s – al contrario. Permite que descanses y te desconectes de verdad y regreses a casa con más energía y ánimo. Y no necesitas que sea un gran viaje: basta con un fin de semana en un pueblo cercano, donde puedas soltar un poco las responsabilidades cotidianas y la carga mental. O incluso en un hotel en tu misma ciudad. El objetivo es encontrar ese espacio donde
Y si lo único que logras organizar es un paseo por el día, también tiene muchos beneficios. Escuchar tu música en el auto, caminar por las calles que no andas siempre, o sentarte en un parque a leer.
Lo más importante, independientemente del tamaño o distancia que tomes para esas vacaciones, es que te regales esas horas o días exclusivamente a solas. Así, al regresar estarás descansada y llena de energía para volver a tu vida de madre.
Este artículo es una adaptación de Supermadre, el texto original fue escrito por Lucy Ortega (@lucybloguera) para Bebés y más. Puedes encontrarlo aquí.