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¡Chao jardín, hola colegio! La clave para enfrentar esta transición de la mejor manera

Luego de pasar por el engorroso y desagradable proceso de admisión a un colegio, transcurre casi un año completo hasta llegar a él, l@s niñ@s ya no son l@s mism@s que fueron a rendir el famoso examen; han crecido, ganado madurez y deberían estar preparados para cumplir este hito tan importante en sus vidas.

Muchas conversaciones durante el año, tanto en la casa como en el jardín, los mantiene con altas expectativas de lo que será esta nueva aventura. Se muestran ansios@s, se sienten grandes, además de orgullos@s de estar finalizando esta etapa.

Como todo desafío, el cambio exige ajustarse a una nueva realidad. El colegio es un lugar nuevo, más grande, con amigos y adultos desconocidos. Una de las preocupaciones que más suelen compartir padres/madres que se encuentran en esta situación, es el cambio de la relación númerica adultos v/s niñ@s dentro de una sala, generando aprensiones del tipo: ¿podrá mi hij@ valerse por sí mism@?, ¿Sé dará alguien cuenta de que necesita ayuda? Todos se preguntan en general si habrán suficientes brazos disponibles para cuando requieran contención/ayuda y cariño.

En el colegio l@s niñ@s necesitan haber logrado cierto nivel de autonomía, y de acuerdo al contexto de crianza y estilo familiar, algun@s pueden llegar más preparados que otr@s. Estén list@s o no, a tod@s les llegará el momento de decir: “¡colegio allá vamos!”. Sin embargo este cambio a veces puede resultar no tan simple como esperábamos, a pesar del entusiasmo. 

Para lograr sobrellevar esta transición, vamos a revisar algunas estrategias que nos ayudarán a estar disponibles y atent@s para apoyar a los niñ@s de manera adecuada.

Ya habrás escuchado o leído sobre la importancia de las rutinas para l@s niñ@s, el repetir una y otra vez una secuencia de acciones l@s ayuda a predecir y anticiparse, es decir; una rutina estable y consistente, permitirá que ell@s sepan lo que va a ocurrir, por lo tanto se pueden preparar y eso los hace sentirse más segur@s sobre los acontecimientos de su vida, cualquiera estos sean. Las rutinas son importantes debido a que su noción de tiempo es diferente a la de los adultos, y entre otras razones más. 

Estrategias para facilitar la transición del jardín al colegio

Si tu hij@ está mostrando ansiedad o dificultad durante la transición Jardín – Colegio, puedes ayudarl@ integrando una nueva rutina a su vida, una que te invito a intentar a través de las siguientes estrategias:

1. Al despedirse usen una frase con información que ayude a l@s niñ@s a concretizar su noción de tiempo: “Nos vemos más rato, te vengo a buscar para que almorcemos en casa”, por ejemplo. De esta manera les están afirmando que habrá un reencuentro y cuando será este.

2. En sus colaciones escriban notas o realicen dibujos de sus cosas preferidas y/o expresando lo mucho que los aman. Puede ser con plumón permanente en un plátano sin pelar, sobre el envoltorio del sandwich, la tapa del yoghurt, o a través de un post it dentro de la lonchera. Tenía una apoderada, Paula, que dibujaba autitos con lápices comestibles sobre el pan pita blanco. 

3. Establezcan algunos momentos especiales juntos, como cantar sus canciones favoritas camino al colegio, o escuchar un audio cuento. Tengan cuidado con la duración, no vamos a querer bajarnos del auto hasta terminarlo, y es lo justo. Nadie quiere quedarse sin saber el final de la teleserie, película o la serie que estemos viendo.

4. Conversen sobre esto con su profesor@, manténganl@ al tanto de lo que ocurre en casa y háganle saber por las emociones que están pasando l@s niñ@s durante sus mañanas. Pídanle que les cuenten sobre el día que tuvieron sus hij@s en el establecimiento, por respeto, es importante no hablar delante de ell@s. Sobre todo si no queremos que escuchen cierta información.

5. También es una buena idea hablar con la educadora del jardín, esa persona que ustedes saben que su hj@ fue más apegad@ y con quién tenían un vínculo especial dentro de la sala. Por intuición de uno de mis ex apoderados se acercó un día al verme en el estacionamiento del jardín y me pidió un vídeo para nuestra Laurita. Días después me comentó lo mucho que le había ayudado para lograr una despedida más feliz. En el vídeo le conté que la extrañaba y que estaba muy contenta por sus nuev@s profesor@s y amig@s, también le dije que esperaba con ansias su visita para que me contara cosas sobre su lindo colegio. En otra ocasión ella me escribió una carta, y yo mandé una de regreso en la libreta de su hermanita que aún va al jardín. Laurita me visita, me muestra su uniforme, me cuenta porque le pintaron la carita ese día, y que está feliz porque tuvieron psicomotricidad.

6.- Recuerden juntos como fue su vida en el colegio, hagan memoria y relaten a l@s niñ@s algunas historias que hayan pasado en su niñez durante ese periodo.

7.-  Hagan trueque de dibujos, “¿qué dibujo quieres que te lleve a casa?, “me encantaría que       me dibujaras corazones de colores con los lápices de tu sala”. Pueden exponer sus dibujos en el refrigerador y conversar sobre ellos, sobre todo si fueron realizados en forma libre, ahí podemos encontrar una oportunidad para revisar si la experiencia colegio ya se está plasmando en sus creaciones y ver como lo están expresando y sintiendo.

Puede que varias veces en mis publicaciones leas sobre la importancia de respetar el ritmo particular de tus hij@s, y no sólo de tus hij@s, sino que de cada uno de ell@s, por si no nos damos cuenta y caemos en la odiosa trampa de las comparaciones entre herman@s. Durante este procesos pueden llegar algunos momentos de angustia y deseperación: “¿qué pasa con este niño?, ¡con la mayor fue todo tan fácil y rápido!”.  Cada niñ@ es un mundo, es por eso que debemos seguir sus pasos sin prisa, un paso seguro es un avance firme que no retrocede. Algunos van más rápido, otros se toman más tiempo, ninguna de las dos modalidades es mejor o peor, lo importante es que se vayan cumpliendo los objetivos. 

Así como lo hacen papás y mamás, también educador@s y profesor@s tenemos que mantenernos atent@s el tiempo que sea necesario para ayudar a nuestr@s niñ@s a que se vayan familiarizando con toda esta nueva experiencia y por supuesto asegurar que tengan un gran día dentro de nuestra sala. Tenemos que ser dedicad@s, nuestro anhelo debe ser que regresen a su casa luego de un día en que sintieron haber recibido la ayuda cuando la pidieron, que tuvieron nuestra atención cuando quisieron contarnos algo, que compartieron, rieron y jugaron. (¡Qué importante es el desarrollo socio emocional en los seres humanos!)

Por otra parte, es necesario hablar también sobre el cuidado que hay que tener para no confundir una actitud alentadora con una actitud amenazante que viene cargada de estrés, como: “pobre de tí que llores mañana”, o “cuando lleguemos vas a entrar de inmediato a la sala”. Frases de este tipo no aportan y seguro provocará mayor ansiedad al llegar el momento de la despedida. Padres/madres tampoco deben transmitir inseguridades o proyectar sus propias experiencias, transmitan el relajo que desean en sus niñ@s.

Les aconsejo evitar utilizar premios como refuerzo positivo a la actitud que esperan de sus hij@s. Ya hablaré en otra ocasión sobre premios y castigos, por el momento considero que premiar a los niñ@s por algo que deben hacer por aproximádamente 12 años no tiene sentido. Dejar de llorar en la entrada de la sala es algo que ell@s saben deben dejar de hacer, primero, probablemente ustedes se lo han pedido en reiteradas ocasiones y por otro lado todos les han dicho que el colegio es algo bueno y entretenido, no habría razón aparente para tener pena. Recibir un premio por llegar a la sala content@ empieza a transformar la situación en algo sospechoso, al parecer esta experiencia llamada colegio puede resultar algo no tan agradable: “esto es tan fome que me quieren convencer con un helado igual que cuando me llevan al dentista”.

El premio convierte esta instancia en algo desconfiable/aburrido/doloroso, o como lleguen a percibirla l@s niñ@s de acuerdo a sus experiencias. Además seamos sinceros, “entregar algo a cambio” a mí eso me suena a extorsión, no querrán enseñar este tipo de tácticas de manejo a sus hij@s. 

Vamos a acompañar a nuestr@s niñ@s, creamos en ell@s, entreguemos oportunidades de practicar y equivocarse, encontremos y elaboremos espacios para desarrollar su autonomía, entreguemos herramientas. Observémoslos, intervengamos CUANDO ES NECESARIO, no saben como tengo consciente esta frase dentro de mi sala, porque pucha que cuesta, entregar tiempo es clave y l@s niñ@s no necesitan que estemos apurados, necesitan adultos disponibles. Esta es la mejor preparación que podemos entregarles papás, mamás y todas las personas que estamos a cargo de protegerlos y educarlos. 

La entrada al colegio se trata de una prueba más que tendrán que pasar, juntos.

¡Luego de un tiempo todo va a mejorar!  

 

M. Fernanda Aguirre C

Educadora de Párvulos

@laamigaeducadora

laamigaeducadora.blog

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