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Niños y tecnología: ¿Cómo regular y darle un uso funcional a las pantallas?

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Niños y tecnología: ¿Cómo regular y darle un uso funcional a las pantallas?

Los últimos sucesos de conocimiento público, respecto de la aparición de virales que invitan a que lo niños se hagan daño entremedio de videos infantiles de Internet, generan grandes interrogantes, como por ejemplo: ¿Qué consume mi hijo en internet? ¿Qué opciones tengo si no le paso la Tablet? ¿Es tan malo como dicen el uso de la tecnología?

Lo cierto es que la tecnología es parte de nuestras vidas y lo será cada vez más, por ello no podemos ir en contra de los avances, ni mantener a nuestros niños aislados de esto. El uso de pantallas no es malo, siempre y cuando la exposición sea graduada, ordenada, supervisada y funcional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el vínculo de la exposición de las pantallas con el sedentarismo, que ha llevado a que 40 millones de niños menores de cinco años en el mundo, sufran sobrepeso. A raíz de esto, recomienda que los niños no  tengan ningún acceso a las pantallas hasta los dos años, y que entre los tres y cuatro años, la dosis sea sólo de una hora diaria. 

Sin embargo, a lo largo de este artículo, además de abordar los efectos negativos de la sobreexposición de los niños a las pantallas, compartiremos algunas alternativas más saludables para aplicar a la hora de usarlas. Es importante entender que la pantalla de por sí no es mala, de hecho puede ser muy útil si se usa en forma adecuada. Y lo que queremos explicar, es justamente cómo usar la tecnología como un aliado.

Exposición gradual a las pantallas

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La Academia Americana de pediatría recomienda evitar el uso de dispositivos con pantallas a los niños menores de 18 meses. Los  niños entre 18 y 24 meses de edad, cuyos cuidadores consideren exponerlos al uso de medios digitales, deben elegir programas y aplicaciones de alta calidad y evitar dejarlos solos. Para los niños mayores de dos años, el consumo no debe ser mayor a una hora al día. Y a partir de los cinco años, la exposición no debería ser mayor a las dos horas.

Algo bastante difícil de respetar, estarás pensando. Pero, ¿por qué debemos limitar la exposición de los niños a todo tipo de pantallas? 

Según indican varios estudios, mientras que el niño está frente a una pantalla, recibe información en forma continua y pasiva. Frente a esto, la gratificación es inmediata. Esta misma favorece a que el niño se aburra fácilmente ante otros estímulos, pierda la curiosidad y la capacidad de sorpresa. Entonces nos encontramos ante niños con juegos pobres, de carente imaginación y creatividad. Niños que en la escuela les cuesta sostener la atención, porque el estímulo, sin pantalla, es aburrido. Esto sucede ya que el uso de tecnología expone al niño a un proceso de fascinación frente al estímulo. Y aunque pareciera que le está prestando mucha atención a lo que mira, ese tipo de atención es distinta a la que se espera que puedan sostener otros niños de su edad.

A su vez, otros estudios aseguran que la exposición a la pantalla implica también riesgos de problemas en la visión, fomenta el sedentarismo y la obesidad infantil, provoca alteraciones en el sueño y el comportamiento.

Pero lo que es realmente importante tener en cuenta, es qué es lo que el niño NO hace cuando está frente a una pantalla: No juega, no explora, no manifiesta su sorpresa, no hay creatividad. No hay descarga física, no hay placer por el movimiento, no hay disfrute.

Si bien muchas aplicaciones y juegos presentan oportunidades de estimulación cognitiva, la misma también se puede obtener en otras actividades lúdicas, donde además de los aspectos cognitivos también se juegas aspectos motores. Por ejemplo, son conocidas las aplicaciones para aprender los números, pero éstos también se aprenden jugando a la rayuela.

Por último, considerar que los mayores aprendizajes en la niñez, se dan en contexto social, a media que se relacionan con pares y con adultos, forjando relaciones significativas. El aprendizaje social, del uno a uno, es irremplazable por cualquier aplicación o dispositivo tecnológico.

Uso funcional de las pantallas y plan mediático

 

Ahora, como ya dijimos anteriormente, la idea no es satanizar la tecnología ni hacerlos sentir malos padres por dejar que sus hijos vean televisión o jueguen con un smartphone o tablet. Pues sabemos que muchas veces se trata de “un mal necesario”. Por esto, compartimos a continuación algunas pautas de orden para darle un uso funcional a todo tipo de pantalla.

Para organizarse es  importante partir por sentarse a conversar con los niños, para así armar entre todos los miembros de la familia un PLAN MEDIATICO. La idea es dejarlo escrito o dibujado, según la edad de los niños, en un espacio visible, con el fin de poder recurrir a él en cualquier momento.

PLAN DE CONSUMO MEDIATICO:

Identificamos qué dispositivos vamos a usar, en qué momento y por cuánto tiempo. Ejemplo: La televisión, luego de hacer la tarea; la Tablet, después de desayunar; el celular en el auto.

Establecemos en qué sectores de la casa vamos a tener los dispositivos y en qué situaciones los vamos a usar o no. Ejemplo: vamos a usar la TV del comedor, la computadora en el living. Frente a esto es importante considerar que los dispositivos estén preferiblemente a la vista y al acceso de los adultos, como así también dejar zonas libres de tecnología.

Convenimos los contenidos a priorizar y cuáles vamos a evitar. Ejemplo: vamos a ver la novela de las 18 hrs, no el noticiero. Vas a ver dos capítulos de Netflix, no Youtube.

Debemos establecer qué postura tomamos como adultos cuando permitimos o sancionamos el uso de la tecnología. Cómo la ofrecemos y cómo la limitamos. Debemos tener siempre en claro que somos el ejemplo. Si prohibimos un contenido, tampoco deberiamos consumirlo nosotros. No debemos apagar o cambiar de canal en forma sorpresiva. No debemos dar justificaciones vagas del tipo “porque yo lo digo”.

Es necesario ordenar en tiempo y espacio el uso de dispositivos tecnológicos. Para ello utilizamos la anticipación, a través del uso de agendas e historias sociales. Podemos dibujar un reloj, incluir la tv dentro de las actividades diarias, o poner una alarma de finalización.

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RECOMENDACIONES FINALES

A continuación una serie de recomendaciones a tener en cuenta cuando usamos en forma funcional la tecnología y decidimos exponer a los niños frente a las pantallas.

– Calidad vs cantidad: no es lo mismo una hora de videos de un niño abriendo juguetes, que dos horas de una buena película en familia. No es lo mismo un juego de guerra, que un juego cognitivo (búsqueda, números y letras, rompecabezas).

– La vida social primero: evito ofrecerle la pantalla cuando está jugando con amigos o en situación social de disfrute. Establecemos las reglas primero y fomentamos la actividad social.

– Comprender que el uso de tecnologías, tanto en niños como en adultos, tiene un efecto adictivo, por lo que se pueden explicar varias conductas de los niños cuando la quitamos en forma sorpresiva o la prohibimos. Es esperable que surjan berrinches o malestar en ellos.

– En lo posible, evitar usarla como “chupete”. No deberían los niños consumir pantalla antes de irse a dormir, ni debemos los adultos ofrecerla como efecto calmante.

– Relajar. Podemos optar por la tecnología siempre y cuando las reglas estén claras: cuándo, cómo y por qué.

– Supervisar el contenido: no dejar a los niños solos navegando por plataformas online. Podemos optar por priorizar aplicaciones que se usen off line, descargar videos, grabar programas, descargar juegos supervisados.

– Interesarse por lo que los niños consumen. Tomarse el tiempo de sentarse a ver qué es lo que consumen, compartir y dialogar sobre ello.

– Evitar usar tecnología en forma excesiva frente a los niños. Recordar que somos el ejemplo, si estamos frente a una pantalla durante la mayor parte del tiempo, es imposible no pretender que ellos también lo deseen.

– Reglas claras para todos: una vez que se identifiquen las condiciones para el uso de la tecnología, comunicar a los miembros de la familia, en especial a aquellos que comparten la responsabilidad de cuidar al niño. El pequeño debería recibir de todos sus cuidadores el mismo mensaje.

– Educar en el uso de las tecnologías es un aspecto más de la crianza, una situación más donde establecer límites es también importante.

– Usar la tecnología como un recurso a nuestro favor: su uso ordenado y claro puede ser benefioso para todos. Entonces ofrecer en situaciones específicas: en alguna situación de espera, en un viaje largo, cuando hacemos alguna actividad donde los niños no pueden participar.

El uso de tecnologías en niños no es a todo o nada, existen matices, que podemos lograrlo si aprendemos a ser ordenador y dar pautas claras sobre su uso. Lograr el equilibrio quizá sea la parte más difícil, pero los beneficios son mayores, cuando damos la oportunidad de vivir una niñez saludable y feliz.

Resumen de la charla “desconectarse para conectarse” Uso responsable de las pantallas.  Dictado por las Licenciadas: Farias, Ana Belen; Ramaglio, Paz; Schulten , Erica.

Lic. Ana belen Farias

Terapia Ocupacional y mama de dos.

IG @mama_y_to

Facebook @mama_y_terapista

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